No hay con qué

No hay con qué

septiembre 10, 2018 Desactivado Por La Opinión de

A pocos días de que se presente la propuesta para el Paquete Fiscal 2019, la viabilidad económica de la propuesta de gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) sigue siendo, en el mejor de los casos, dudosa. A lo largo de su campaña y durante el verano, AMLO prometió generosos gastos sociales y ambiciosos proyectos de infraestructura, pero aún no nos ilustra en cuanto a la fuente de tanto recurso.

Paradójicamente, AMLO no pretende ni endeudarse ni aumentar impuestos, al contrario, busca ¡reducirlos! Y si bien todo esto puede parecer muy deseable, es imposible no imaginarse una rebanada de pan a la que alguien furiosamente le trata de untar una cantidad a todas luces insuficiente de mantequilla. En corto: no hay con qué.

La extensión de este espacio no permite un análisis exhaustivo de la viabilidad económica de las propuestas de AMLO. Pero para muestra, basta un botón. Y una muestra excelente es su propuesta energética: la modernización de las refinerías existentes, la construcción de una nueva, y el aumento del presupuesto de upstream.

La nueva refinería –a construirse en Dos Bocas, Tabasco— tendrá un costo, según estimados del sector privado, de 8.6 mil millones de dólares. Al cambio actual, esto equivale a 163 mil millones de pesos aproximadamente, que deberán ser erogados durante 3 años. Cabe mencionar que el cálculo del equipo de transición, al respecto de cuanto erogar por año, es correcto: 55 mil millones de pesos quieren proponerse para ese efecto en el Paquete Fiscal 2019. Sin embargo, esto equivale al 64.7% del actual presupuesto de Pemex Transformación Industrial (PTI). Es imposible que PTI erogue ese gasto y continúe operando el resto de su infraestructura, sin un aumento de su partida. ¿De dónde, me pregunto yo, saldrá ese dinero? Misterio.

Aún más inverosímil es la propuesta de modernización de las refinerías existentes: el equipo de transición estima un costo de 2.6 mil millones de dólares, para todas las refinerías. El sector privado estima que modernizar la refinería de Tula (sí, solo la de Tula) costará 4.5 mil millones de dólares, en dos años. Es decir, los estimados presentados no alcanzan para modernizar una sola refinería… dejen ustedes las otras 5. El costo de modernizar una sola refinería implicaría aumentar el presupuesto de PTI en otro 50%. Ni hablemos de modernizar las 6 al mismo tiempo.

Tan solo dos propuestas –y la segunda, ni a medias— y ya se requiere aumentar el presupuesto total de Pemex en un 25%. Una tercera, para cerrar con broche de oro: se pretende que Pemex reciba 75 mil millones de pesos para exploración y perforación. Es una excelente idea, se necesita aumentar tanto la producción cuanto las reservas. Lo que les faltó decir es que eso implica aumentar el presupuesto actual en casi un 200%.

En resumen, todo muy bonito. Es innegable que se necesita aumentar la producción de petrolíferos y la capacidad de refinación. Es innegable que el Estado necesita invertir en Pemex. Pero hoy por hoy, no hay con qué. El único lugar de donde la próxima administración puede obtener estos recursos es mediante la emisión de deuda. Es donde uno debe detenerse y preguntarse si la propuesta energética es una estrategia meramente política, donde no importan los costos reales que tendrá la implementación, o si está verdaderamente fundada en un análisis costo-beneficio de lo que el país necesita.

Christian Wagner Sinniger

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