Retroalimentación

Retroalimentación

septiembre 10, 2018 Desactivado Por La Opinión de

Sebastián Guevara

They say I’ve got to learn but nobody’s here to teach me,
If they can’t understand it, how can they reach me.

Coolio (Gangsta’s Paradise)

Los seres humanos estamos permanentemente sometidos a evaluaciones de nuestra conducta. Cuando actuamos de manera equívoca, usualmente corregimos. Todos necesitamos retroalimentación, es así como mejoramos. Así como todo pupilo necesita una profesora, todo atleta necesita un entrenador y todo aprendiz tiene a su maestro. ¿Qué habría logrado Hércules sin Philoctetes? ¿Qué hubiera sido de Rocky Balboa sin Mickey Goldmill? Probablemente, Hércules habría quedado en cero sin llegar a héroe, y sin el coach de Rocky nos hubiéramos perdido de 7 clásicos del cine de boxeo. El ser humano no logra mejorar en sus acciones sin un apoyo externo. Por eso escribo esto, porque existe un grupo de mexicanos cuyo trabajo rara vez recibe retroalimentación: los maestros.

De la reforma del 2013 emanaron nuevas leyes en materia educativa, incluyendo la Ley General del Servicio Profesional Docente. En esta ley se especifica la puesta en práctica de la evaluación del desempeño, la más polémica de las evaluaciones pues plantea los criterios para que un maestro se mantenga (o no) frente al aula. Fuera de la disputa sobre la reforma educativa, es claro que el elemento ausente es la retroalimentación del profesor.

La retroalimentación implicaría mejoras en la práctica docente y en el aprendizaje de los niños. Imaginen a una maestra de educación básica que no recibe crítica edificante, sino únicamente un resultado que dice “idóneo”. Esto así sucede y resulta completamente desmoralizante. En cambio, una retroalimentación sustancial sobre la práctica docente permitiría que las maestras y maestros puedan trabajar en sus áreas de oportunidad, lo cual tendría un efecto en la autoestima de los profesores y se traduciría en una mejora en la calidad de la educación que imparten.

Muchos esperamos que haya importantes cambios en esta parte específica de la reforma. Sean cuales sean éstos, será esencial incorporar una estrategia de retroalimentación y formación para los docentes. La evaluación puede servir para muchos propósitos –por ejemplo, realizar diagnósticos de la situación educativa del país– pero deben crearse mecanismos para que a partir de la evaluación el maestro mejore su práctica cotidiana.

Tampoco sería suficiente que sólo hubiese un tipo de retroalimentación. Retroalimentación entre pares, de los padres de familia, de evaluaciones externas, de parte de los alumnos, entre otras. Todas son valiosas y aportan algo distinto al desarrollo de los profesores. La mayoría de estos docentes no se oponen a ser evaluados y sí buscan mejorar su práctica dentro del aula. Son profesionales interesados en los niños y en el futuro de este país. Ayudémosles con evaluaciones que les permitan lograrlo.

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