Kavanaugh y la judicialización de la misoginia

Kavanaugh y la judicialización de la misoginia

octubre 9, 2018 Desactivado Por La Opinión de

Ximena Jiménez García

El título de juez de la Suprema Corte de Estados Unidos (SCOTUS por sus siglas en inglés) es –a mi parecer– el máximo puesto dentro de la estructura orgánica del gobierno estadounidense, aún más que el propio presidente, toda vez que, el puesto de juez de este Tribunal tiene carácter de vitalicio.

Normalmente, los jueces cuando son designados rondan entre los 50 y 60 años de edad, lo que quiere decir que durarán en el encargo entre 25 y 35 años aproximadamente. La importancia de la designación de un nuevo juez versa sobre el hecho que Anthony Kennedy era un juez de voto oscilante entre decisiones liberales y conservadoras, es decir, era un punto de equilibrio entre ambas ideologías.

En el marco del proceso de sustitución del juez Kennedy, Donald Trump, propuso a Brett M. Kavanaugh para ocupar su lugar, el cual es abogado graduado de Yale (cum laude), católico de formación jesuita, deportista en su juventud y con amplia experiencia judicial, todo hasta aquí suena normal. No obstante, existen dos particularidades un cuanto alarmantes sobre él.

La primera es su ideología extremadamente conservadora, lo cual cobra relevancia debido a que el próximo juez designado decidirá el rumbo jurídico de los Estados Unidos (EEUU) durante los próximos años, sobre temas como aborto, migración, política de drogas y armas; asimismo, es importante resaltar su corriente de interpretación originalista de la Constitución, lo que significa que se avoca a la intención del poder constituyente originario, es decir, para el juez Kavanaugh la Constitución no puede ser interpretada de otra forma que no sea la de hace más de 225 años.

La segunda, y no por ello menos relevante, versa sobre su pasado como abusador sexual de la Dra. Christine Blasey Ford. Ella tenía 15 años, y él alrededor de 18, cuando fue empujada en un cuarto de la casa donde se estaba llevando a cabo una fiesta; instantes después Brett la empujó sobre la cama, se puso encima de ella, empezó a manosearla y a intentar quitarle la ropa, pero lo único que le impidió hacerlo fue su notable estado de ebriedad y el traje de baño completo que Christine tenía en aquel momento; posteriormente, cuando ella intentó gritar para pedir ayuda, él le tapó la boca para evitarlo. Todo lo anterior se llevó a cabo ante la presencia de Mark Judge, que cuando ella le dirigía la mirada suplicando ayuda, él solo se reía junto con su amigo Brett.

Cabe aclarar que la declaración de la Dra. Ford no fue en el marco de ninguna investigación penal ni juicio alguno, sino dentro del proceso de designación de un nuevo juez de SCOTUS; ella misma hizo incapié que rindió testimonio como su deber cívico para que el Senado tuviera una opinión más informada en cuanto a Kavanaugh, agregó que “Una vez que (Kavanaugh) fue nominado, y parecía que era popular, un voto seguro, analicé los riesgos para mí, si es que sería saltar frente a un tren que igualmente avanzaría y yo sería aniquilada”.

El viernes pasado la designación de Brett Kavanaugh fue confirmada por 50 senadores (contra 48 que votaron en contra), lo cual pone en juego el futuro jurídico de EEUU y a la vez manda un mensaje escalofriante hacia las mujeres que han sido alguna vez víctimas de abuso o violación sexual: sus experiencia, sus vivencia, sus traumas y su cosificación no valen absolutamente nada. Querida Dra. Ford el tren avanzó y no solo te aniquiló a ti.

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