Las dos caras de la migración
octubre 25, 2018Arturo J. Vázquez
La hipocresía, según la Real Academia Española (RAE) de la lengua, es “el fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan”.
En mi opinión, la hipocresía o doble moral son conductas verdaderamente deleznables de la sociedad actual, pero, tristemente, a lo largo de la última semana ha sido un común denominador en múltiples conversaciones y sobremesas que he compartido con amigos y conocidos; lo anterior derivado del tema que está en boca de todos los mexicanos, la caravana de migrantes centro y sudamericanos que intentan entrar por la frontera sur de México.
En dichas conversaciones el común denominador, a la hora de hablar de la caravana, es la palabra “delincuencia” y como es que la misma afecta la seguridad del país, haciendo una relación directa entre la entrada de nuestros hermanos del sur y el aumento en la inseguridad en el país, sin detenernos a evaluar la severidad de nuestras afirmaciones.
Ahora bien, no omito manifestar que sin lugar a duda el tema de la caravana es sumamente delicado al evaluarlo desde el punto de vista político, social, económico y jurídico; no obstante, la presente columna no pretende ofrecer una solución a la situación sino generar conciencia de la magnitud de nuestras palabras al hablar de estos delicados temas tan a la ligera.
En ese orden de ideas es que quiero enfatizar que, no hace más de dos años, todos los mexicanos sentimos una profunda indignación e insulto al escuchar al entonces candidato Donald Trump, al referirse a los mexicanos como asesinos y violadores, por lo que todos lo señalamos como racista y manifestamos nuestra molestia y enojo, referente a sus declaraciones; sin embargo, hoy por hoy nuestro discurso no dista tanto del de el actual Presidente de Estado Unidos, con los mismos tintes racistas.
Por lo anterior, es que me parece sumamente hipócrita, por un lado, defender a ultranza a nuestros connacionales que viven indocumentadamente en Estados Unidos, buscando mejores oportunidades de vida, pero, por el otro, tachar de delincuentes a los migrantes del sur que transitan por nuestro país, en busca de las mismas oportunidades; sintiéndonos con mejor derecho que ellos, simplemente por nuestra posición geográfica más cerca al gigante del norte, por lo que únicamente quiero conminarlos a reflexionar profundamente sobre la manera en la que nos expresamos, con relación a los migrantes del sur que ingresan nuestro territorio nacional.
