¿Leer o no leer?
octubre 30, 2018
Braulio Mago
En un país que estaba tan acostumbrado a vivir de puros cuentos existía la ironía de que a la gente no le gustaba leer…
Si algo caracteriza, en su mayoría, a la cultura del mexicano promedio es que no le gusta leer. Desde los argumentos más válidos como: “tengo que trabajar”, “necesito pensar en otras cosas más importantes”; también otros más simples como: “no tengo tiempo”, “leer me aburre”, “no me está gustando el libro”, o el simple y sencillo: “no me gusta leer”.
En la actualidad el mexicano con trabajo alcanza a leer de dos a tres libros al año, según el último censo de lectura; mientras que en otros países el número de libros llega a los veinte. Pero no se dejen engañar, estos países con mayor tiempo de lectura no son los del primer mundo. Podemos encontrar a los primeros en el continente asiático.
El fomento a la lectura más que por educación u obligación escolar se da por tradición, es decir, el odio o aberración a la lectura nace normalmente cuando se nos obliga a leer algo que simplemente no queremos o nos interesa. Pero cuando desde pequeños nos ponen a leer, como parte de la rutina para conocer sobre nuestras costumbres, leyendas, mitos, historia, etc., es cuando se convierte en un hábito. Es decir, países más tradicionalistas han logrado el fomento a la lectura en su gente.
Pero entonces, ¿si a los padres nunca les ha gustado leer o no han tenido el hábito de leer, ya condena sus hijos a lo mismo por falta de “tradición”? No y sí. Al que no le gusta leer, va a ser muy difícil que le empiece a gustar mientras más edad tenga y más cuando ya está acostumbrado a dedicar su tiempo libre a otras actividades o aficiones. Pero si en algo podemos estar todos de acuerdo, es que leer es una maravilla para la educación e incluso para el desarrollo de las personas. Por eso, todos deberíamos hacer un pequeño esfuerzo de vez en cuando y fomentar la lectura a las pequeñas generaciones.
