Por un clavo se perdió un reino

Por un clavo se perdió un reino

enero 22, 2019 Desactivado Por La Opinión de

“Por la falta de un clavo fue que la herradura se perdió.
Por la falta de una herradura fue que el caballo se perdió.
Por la falta de un caballo fue que el caballero se perdió.
Por la falta de un caballero fue que la batalla se perdió.
Y así como la batalla, fue que un reino se perdió.
Y todo porque fue un clavo el que faltó”.

Si hay algo que el ejercicio del poder político exige es profesionalismo, difícilmente encontraremos ejemplos de estadistas o políticos notables en aquellos donde la improvisación es lo que impera. Y eso viene en el sentido del inicio del nuevo Gobierno Federal, que en las últimas tomas de decisión ha resultado por lo menos ocurrente, improvisado; parece más bien que busca, en cada movimiento, salir del paso de las decisiones apresuradas y sin grandes análisis.

En 50 días de gobierno, Andrés Manuel López Obrador ha demostrado ello, su equipo de trabajo ha mostrado aún más una inexperiencia notable; y se nota que es gracias a la gran legitimidad que dan 30 millones de votos, que el problema no ha ido a la alza o que la gente aún guarda confianza en el gobierno.

Ejemplos de ello son muchos, la aprobación de un presupuesto de egresos que muestra y ataca de forma simple los grandes problemas de desigualdad de la población, dejando de lado las políticas públicas integrales, como en el caso de género, juventudes o pobreza. O la inclusión más fuerte del ejército en las tareas de seguridad ciudadana con la generación de la Guardia Nacional, enmarañada en un mando civil con mucha participación tanto educativa como operativa del mando militar.

Por último, la política de combate al robo de hidrocarburos, de donde salen más preguntas que respuestas, y donde claramente se muestra tanto la ocurrencia como la improvisación de acciones, lo que ha decantado en un problema mayor, con la explosión de una toma clandestina en Tlahuelilpan, Hidalgo.

Un ducto claramente manipulado por el crimen que generó una fuga mayor, la cual fue atendida a destiempo, en la cual no existió una contención de la población con solo 25 elementos y donde una población en condición de pobreza vio la oportunidad de hacerse de unos pesos en medio de este desabasto. El resultado, 89 personas fallecidas hasta el momento, más de 50 heridos y una cantidad importante de personas desaparecidas.

Y es que ante el cierre de los ductos para combatir este delito, se han suscitado una serie de problemas: desabasto en las estaciones de servicio en al menos 10 estados de la república, lo que ha impactado claramente en la economía de los mismos y la actuación más desesperada de los grupos del crimen organizado, picando y saboteando en más ocasiones los ductos, en la búsqueda del preciado combustible.

Las soluciones han decantado en más ocurrencia, la compra de una cantidad importante de Pipas, sin licitación ni concurso, la contratación de choferes para estas pipas como parte del plan DN III de la Sedena, como tratándose de crisis y la posterior apertura de ductos que, con todo y sabotaje, permitían abastecer de gasolina a la Ciudad de México.

Al inicio de esta columna coloqué el poema de George Herbert escrito en 1651, el cual nos habla de cómo a partir de la omisión de una pequeña acción el reino fue puesto en peligro. La generación de políticas públicas tiene y debe de ser integral, en el contexto mexicano los problemas públicos deben ser atacados en todas sus aristas, no con la simpleza o la ocurrencia.

Juan de Dios Suastes Vega

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