Nuevos partidos, oportunidad ciudadana
febrero 4, 2019Algunos de los grandes pasos de nuestra incipiente democracia son la existencia de un árbitro electoral autónomo, un sistema de partidos plural, así como el aumento de ciudadanía participativa e interesada en la cosa pública, dentro de lo cual podríamos encuadrar la existencia de candidaturas independientes de algún instituto político.
Constitucionalmente, los partidos políticos tienen la finalidad de promover la participación del pueblo en la vida democrática, contribuir a la integración de los órganos de representación política y hacer posible el acceso de la ciudadanía al ejercicio del poder público, con base en un programa de ideales y principios que les dan origen[1].
Durante el mes de enero el Instituto Nacional Electoral (INE) y los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES) iniciaron el procedimiento para el registro de nuevos partidos políticos, teniéndose ante el INE al cierre de este periodo, el pasado 31 de enero, 106 organizaciones registradas, de las cuales cuatro ya desistieron.
Pese al elevado número que representa esta intención, los procedimientos establecidos para obtener el registro ante el INE, y con ello gozar de las prerrogativas propias del sistema de partidos mexicano, requiere dar cumplimiento a una serie de eventos que no son nada sencillos, pues implican un despliegue de esfuerzos que de manera contundente den constancia de que un bloque de la población encuentra en estas plataformas identidad y respaldo[2].
En los últimos años, los partidos políticos han sido una de las instituciones con más alto nivel de desconfianza entre la ciudadanía[3], y la percepción mayoritaria que se tiene de la creación de nuevos partidos políticos es que representan la continuación de programas ya existentes, los cuales han fracasado y perpetuado los grandes males de la política mexicana, y su conformación se traduce en el acceso al ejercicio, en beneficios personales, del erario.
Pese a ello, el partido que en el pasado proceso electoral logró avasallar triunfos en las diferentes posiciones surgió precisamente de un proceso de conformación reciente, en contraste con muchos institutos que en la primera prueba han perdido el registro al no alcanzar el umbral mínimo exigido por la ley.
Bajo esta tesitura, las propuestas que más llaman la atención se centran en organizaciones vinculadas con protagonistas de antaño de la política nacional, sin dejar de lado rostros más jóvenes. Entre los primeros podemos mencionar a la excandidata independiente a la Presidencia de la República, Margarita Zavala, y el expresidente Felipe Calderón, con México Libre; a Rene Fujiwara y Fernando González, familiares cercanos de Elba Esther Gordillo, con Redes Sociales Progresistas; a Vladimir Aguilar, exlíder de Foro Nuevo Sol, del PRD, con Demócratas; Emilio Álvarez Icaza con Ahora; y al excandidato Gabriel Quadri con Cambiemos. Dentro de los segundos, con una experiencia en ejercicio de las candidaturas independientes, a Wikipolítica con Futuro. Ha llamado la atención también el Partido Imperialista de México.
A partir de ahora, estas organizaciones tendrán que realizar una serie de asambleas, conforme a sus principios, e informes del ejercicio de recursos financieros, de los cuales el árbitro electoral deberá dar certeza de su cumplimiento y de no contravenir lo establecido por la ley.
Todo este recuento es importante, ya que la ciudadanía es la que con su adhesión a los programas electorales, que cada una de estas organizaciones representa, dará la pauta para que logren su registro, o no, como partidos políticos ante el INE y los OPLES. Es por eso de suma importancia que la ciudadanía dispuesta a participar en cualquiera de estas alternativas haga un ejercicio crítico, teniendo como lupa el bien común, la erradicación y saneamiento de las patologías de nuestro sistema de partidos.
Representa pues, todo este procedimiento, la oportunidad para que la ciudadanía nos involucremos y dejemos de ser únicamente espectadores de un proceso de toma de decisiones que nos alcanza como población, de forjar nuevas formas de hacer política y dejar de conformarnos con lo ya existente, teniendo siempre presente que sin nuestro apoyo estas aspiraciones no lograrán concretarse y que en este punto estamos en posibilidad de abonar a mejorar el sistema de partidos políticos mexicanos.
[1] Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, 1917, artículo 41.
[2] Ley General de Partidos Políticos, 2014.
[3] Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, 2014, México, INE – Colmex.