La familia, el núcleo de la sociedad (II)

La familia, el núcleo de la sociedad (II)

febrero 15, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Un entorno propicio para que las juventudes de México podamos formar familias funcionales, debe tener cinco características principales: 1) que haya libertad, 2) igualdad de oportunidades, 3) una sociedad civil bien organizada, 4) valores universales y 5) un Estado de Derecho que fomente la educación cívica.

Libertad porque es un principio fundamental de nuestra democracia, además nacemos libres, debemos comprender que el Estado no nos regala la libertad, porque nacemos con ella. El Estado únicamente regula y protege nuestra libertad de acuerdo a la ley, por lo tanto, debe existir libertad para formar una familia funcional, lo cual es posible en la realidad de nuestra Nación.

Igualdad de oportunidades, para progresar como familia y en caso de tener hijos, que existan las condiciones necesarias para acceder a una educación de calidad y digna, además que se cumplan todos los derechos humanos ya establecidos.

Sin duda, éste es uno de los mayores retos a los que nos enfrentamos como jóvenes, que haya igualdad de oportunidades en un país que de acuerdo al Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), de los aproximadamente ciento veinticinco millones de habitantes que vivimos en México, hay 43.6% en pobreza, lo que significa aproximadamente cincuenta y tres millones de personas (53.4%) viviendo en esa situación desfavorable. Además, 7.6% de la población nacional viven en pobreza extrema, o sea 9.4 millones de personas, de acuerdo al estudio más reciente.

La desigualdad de oportunidades es el principal reto al cual nos enfrentamos las juventudes de México, pues ¿cómo se puede construir una familia funcional ante un panorama tan desalentador? Sin embargo, hay muchos jóvenes, que a pesar de todo, deciden formar una familia funcional, por lo tanto, debemos continuar trabajando para que el futuro sea más positivo, crear igualdad de oportunidades, fortalecer y ampliar los programas de planificación familiar y de prevención del embarazo juvenil.

Una sociedad civil bien organizada, para hacer frente a los problemas que nos plantea nuestra convivencia colectiva, para influir en los programas educativos, sociales y en la agenda de política nacional mexicana. Una sociedad civil bien organizada, para enfrentar la crisis de valores que vivimos los jóvenes, ante el reto de formar familias funcionales para impulsar la formación de ciudadanía, de habilidades para la vida y de la cultura de paz en todos los niveles educativos.

Las juventudes de México requerimos de fomentar los valores universales y los principios como la responsabilidad, el respeto a la vida, la tolerancia, la comunicación asertiva, el amor y la buena autoestima. Se tiene que entender que los valores son el núcleo de una persona, así como la familia es el núcleo de la sociedad.

Decía Aristóteles que educar la mente sin educar al corazón, no es educación en absoluto, por lo tanto, los jóvenes también podemos enfrentar el reto de sembrar ideales como el amor, la amistad con los hijos, la confianza y la buena voluntad; principios rectores que determinan el camino que hay que recorrer. Tenemos que sembrar en las futuras generaciones, ideales como la libertad, la justicia y el amor por la vida, que nos ayudan a desarrollar otras virtudes: ser mejores ciudadanos, manejar el poder con sabiduría y responsabilidad.

Un Estado de Derecho que cumpla su función, un Gobierno que promueva un sistema político, social y económico, que fomente la educación cívica a través del sistema de educación pública. También se tienen que analizar e incorporar en nuestra legislación mecanismos que generen mayor gobernabilidad democrática, incentiven la cultura de la paz, la construcción de ciudadanía y el respeto a la cultura de la legalidad.

Ante el reto de formar familias funcionales, las juventudes de México debemos de luchar por un entorno propicio de libertad, igualdad de oportunidades, fortalecer la participación ciudadana, para crear ambientes más saludables para el desarrollo de las familias, practicar los valores y principios que dan formación cívica y ética al individuo, para que haya un Estado de Derecho y un Gobierno capaz de cumplir con su responsabilidad frente a la sociedad mexicana.

Issac Garduño

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