No cumplir con la Constitución también es traición al pueblo

No cumplir con la Constitución también es traición al pueblo

marzo 13, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Quien escribe estas líneas tuvo la oportunidad de presenciar la Asamblea Constituyente de la Ciudad de México (CDMX). Corría el mes de septiembre del 2016 cuando se instaló el órgano legislativo que daría vida a la primera Constitución en la capital del país y que transformaría al Distrito Federal en la Ciudad de México.

Recuerdo que desde la sesión de instalación, hasta la última sesión de deliberación y votación, la bancada de Morena hizo airados reclamos; ya sea por la persona que ocupó la titularidad de la Mesa de Decanos –que sólo estuvo en funciones unos minutos, en lo que se instalaba la Mesa Directiva–, o bien por la ubicación de los escaños asignados en la Casona de Xicoténcatl, pasando, por supuesto, por el contenido de las decenas de iniciativas, reservas y redacción final de los artículos.

El común denominador de aquellas quejas era la supuesta violación al interés del pueblo, ya que ellos se asumen como los intérpretes y protectores de la voluntad popular; sin embargo, habrían de chocar muy pronto con el muro de la contradicción, ya que los diputados de Morena fueron de los que más inasistencias registraron e incluso renunciaron, como el conocido actor Damián Alcázar –recordado por sus películas de crítica al sistema político– o el escritor del semanario Proceso Fabrizio Mejía.

Ahora, en la primera Legislatura del Congreso de la Ciudad de México, Morena ostenta la mayoría, con 37 de 66 diputados, por lo que controla los órganos de gobierno y las principales comisiones; sin embargo, esa amplia mayoría no se ha reflejado en beneficios para la ciudadanía, esta Legislatura se ha caracterizado por su bajo nivel y poca productividad legislativa, tanto así que se han vencido algunos plazos para publicar leyes y otros están muy próximos a expirar.

Los legisladores no pueden argüir desconocimiento de estos temas pendientes, puesto que se sabía desde la promulgación de la Constitución de la Ciudad de México –el 5 de febrero de 2017– que se tenían plazos fatales.

Entre los pendientes hay asuntos de fundamental importancia, como la transición de la Procuraduría a Fiscalía General de Justicia –con el respectivo nombramiento de su titular–, la nueva Ley de Educación, el Instituto de Planeación Democrática o el nombramiento del Tribunal Ciudadano del Tribunal Superior de Justicia, sólo por mencionar algunos de los más de 150 asuntos pendientes.

Cabe recordar que la Constitución de la CDMX entró en vigor el pasado 17 de septiembre de 2018 –con la instalación del Congreso de la Ciudad– y los plazos establecidos, para algunas leyes y nombramientos, vencen a partir de los 180 días naturales posteriores a la entrada en vigor, es decir, este próximo sábado 16 de marzo. En algunos casos, ni siquiera han empezado a estudiar el tema.

Ante este escenario, es pertinente recordarle al partido en el Gobierno, que controla el Congreso de la capital, que no cumplir con la Constitución, además de ser una ilegalidad, también es una traición al pueblo que los eligió y que confió en ellos para sacar adelante las leyes que la Ciudad necesita.

Hugo Monroy

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