En donde está tu atención, fluye tu energía
abril 9, 2019 Desactivado Por La Opinión de¿Has pensando cuánto tiempo le dedicas a revisar tus redes sociales diariamente? ¿En promedio cuánto tiempo de tu vida, le dedicas a la semana? ¿Y qué tal al mes o al año? ¿Alguna vez has comparado el tiempo que pasas frente a la pantalla, con el tiempo que pasas, frente a frente, con tus seres queridos? ¿Cuánto tiempo ves directamente a los ojos de las personas quienes te rodean?
Estas preguntas tienen una respuesta particular, sin embargo, hoy quiero llevarte a una breve reflexión sobre tu vida en la sociedad red, ante un contexto donde las redes sociales, la marca personal y las estadísticas, tienen una mayor relevancia diariamente.
Tener al alcance de la mano un teléfono inteligente Smartphone en el momento que tú lo decidas, tiene implicaciones muy importantes en tus hábitos de consumo, en tu forma de pensar, en tus emociones, en tu forma de comunicar, porque debemos comprender que sin importar quién eres, en donde está tu atención, fluye tu energía.
El celular es una herramienta maravillosa, vivimos en una sociedad cada vez más cerca de la hiperconexión, es decir, la conexión permanente al Internet; lo cual ha modificado el comportamiento de miles de millones de personas en todo el planeta Tierra.
Aquí es en donde te contaré una breve historia, mientras yo cursaba un taller de liderazgo y cultura de calidad, dentro de la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), surgió la pregunta ¿es importante la administración de los dispositivos electrónicos para un líder?
La respuesta fue un experimento social, que se nos asignó a todas las personas del taller, durante dos días teníamos que apagar el celular, dejar de utilizarlo, nadie nos iba a vigilar, excepto nuestra propia conciencia. Las reglas fueron claras, el objetivo también: desintoxicarse de la necesidad de los dispositivos móviles.
En mi experiencia, todo salió de maravilla, logré vivir sin Smartphone durante una semana, claro que tenía conexión a Internet a través de mi laptop, sin embargo, el tiempo que recuperé para estar conmigo mismo y las personas valiosas de mi vida, aumentó de manera significativa.
Logré romper con el pasado, la rutina, fui consciente de que tener el celular en la mano es un hábito, que los hábitos no se crean, ni se destruyen, solo se transforman. Aprendí a valorar el silencio, descubrí nuevos escenarios, salí de mi zona de confort y entré en mi zona de crecimiento, logré tener una comunicación más efectiva con las personas, improvisé como si la vida se tratase de una obra de teatro, en general vivir bien, sin utilizar un teléfono celular.
Claro que solamente duré siete días, pues los beneficios del celular son muchos: para los negocios, para mantenerse actualizado, administrar los asuntos que ya están registrados en las distintas aplicaciones que tenemos en la computadora móvil personal.
En conclusión, debemos encontrar un equilibrio entre las distintas realidades en las que nos desarrollamos, pues la realidad virtual no debería superar a la realidad espiritual de cada persona o también a su realidad financiera; todo debe de encontrarse en armonía, buscar un punto medio, valorar cada minuto, pues el tiempo no perdona a nadie, el tiempo que ya fue, jamás lo podremos recuperar.
Espero que estás palabras te hayan hecho pensar sobre tu calidad de vida, acerca de tus hábitos de consumo en el Internet, así que no pierdas la oportunidad de amar, de servir, de cumplir con tus compromisos; sé feliz, evita dejar para mañana lo que tienes que hacer el día de hoy, porque aquí y ahora, es el mejor momento en el que podemos vivir. En donde está tu atención, fluye tu energía, por lo tanto debemos enfocarnos en lo positivo del tiempo y el espacio.