Volver, Volver

Volver, Volver

abril 18, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Dice una antigua superstición rusa que partir de un lugar en un día lluvioso es presagio de un buen viaje y de un posible retorno, ya que la lluvia lava tristezas y males, invitando a regresar en paz a los viejos rincones. Con o sin lluvia, lo cierto es que de una manera u otra siempre regreso a México. A veces físicamente, en ocasiones por la llamada de algunos buenos amigos, otras a través de mis trabajos académicos y esta vez aceptando la amable invitación de subirme al tren de esta nueva aventura llamada LaOpinion.de.

Para cualquier politólogo, y más aun siendo latinoamericanista como es mi caso, México constituye un interesante caso de estudio al que uno siempre vuelve de una manera u otra. “Tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos”, el país inició el siglo XX con una revolución que desembocó en un sistema político excepcional en la región. Mientras que América Latina atravesaba golpes de Estado o guerras civiles, el país azteca se hallaba en lo que Vargas Llosa llamó “la dictadura perfecta” o, expresado en otros términos, en un gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ininterrumpido durante siete décadas. Utilizando la terminología del politólogo italiano Giovanni Sartori, México contaba con un sistema autoritario de partido hegemónico que no incentivaba la competencia y lograba un control de las instituciones, tanto a nivel municipal como estatal y federal.

El final de este sistema también fue objeto de caso de estudio para la Ciencia Política. El siglo XXI trajo consigo la alternancia en el poder, con la llegada a la presidencia del Partido de Acción Nacional. Se trató de una transición prolongada que se inició con la apertura del régimen a finales de la década de 1970 y que, al contrario de lo que ocurrió en otros países, ni fue fruto de una coyuntura crítica ni desembocó en ningún pacto político público. Las mejoras en la educación, la migración y el papel ejercido por los medios de comunicación, por un lado, y la propia estrategia de apertura económica y política del PRI como reacción al cambio de tiempos, contribuyeron a generar un proceso de cambio que derivó en una transición pacífica.

La alternancia fue ratificada en 2006, con el ascenso de Calderón a la Presidencia. Y en esta alternancia México volvió a convertirse en un paradigma de estudio para la Ciencia Política. En términos de estrategia y toma de decisiones, el cambió se desarrolló en un clima de aceptación por parte del PRI, el cual se negó a promover cualquier tipo de fraude para favorecerse –tal y como fue acusado en 1988– ni a vetar o sabotear las candidaturas de los líderes opositores. La aceptación de los resultados se produciría también en 2012, pero esta vez con la victoria del PRI, y en 2018 con el ascenso de López Obrador. Este último, a su vez, ha permitido a la Ciencia Política estudiar formas de populismo en México.

Mientras todo esto sucedía, México ha proporcionado a la disciplina muchos otros interesantes temas de estudio, que van desde el movimiento zapatista a las relaciones con Estados Unidos, pasando por el #YoSoy132. Por ello, a partir de la riqueza y complejidad que presenta el caso mexicano, el objetivo de esta columna es ir desgranando, semana a semana, diferentes cuestiones que afecten al presente, pasado y futuro del país desde una perspectiva crítica y abierta a diferentes enfoques. Espero que disfruten de este espacio de discusión… y bienvenidos.

Mélany Barragán

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