Donald Trump y su interacción con Corea del Norte
julio 3, 2019Cuando el expresidente de los Estados Unidos de América, Barack Obama, le planteó a Donald J. Trump los principales retos que tendría que abordar durante su administración, sin lugar a duda uno de gran de relevancia fue la desnuclearización de Corea del Norte. Si bien es cierto, Corea del Norte sigue en posesión de bombas nucleares y misiles balísticos, el riesgo de que dicho país haga uso de ellos el día de hoy es más bajo que hace unos años. Esto se debe principalmente al acercamiento del Presidente Trump, así como la implementación de la diplomacia digital que ha calmado la acalorada situación entre ambos países, al menos por ahora.
A raíz de que el Presidente Donald Trump invitara espontáneamente al máximo líder de la República Popular Democrática de Corea, Kim Jong-Un, a encontrase con él mediante un tweet, el domingo pasado los dos mandatarios sostuvieron una reunión en suelo norcoreano, dentro de la zona desmilitarizada entre las dos Coreas. Esta reunión sin precedentes, además de ser convocada a través de una red social, fue de gran importancia, ya que representó la primera vez que un Presidente de los Estados Unidos pisa suelo norcoreano, después de la Guerra de Corea. Cabe destacar que esta reunión estuvo precedida por dos cumbres, la primera en 2018 en Singapur y la segunda en Vietnam en febrero de 2019.
No debemos olvidar que en el tablero internacional los países mueven sus naipes al son de sus intereses y que, hace apenas unos años, Trump mediante sus redes sociales, amenazó con desatar “fuego y furia” y destruir por completo a Corea del Norte si las acciones nucleares de dicho país ponían en peligro a los estadounidenses, siendo este, quizás, uno de los momentos más retadores de la administración en materia de política exterior en Asia.
En este sentido, sería una falacia afirmar que la amistad entre los dos mandatarios haya mejorado la relación diplomática entre ambos países, y que la desnuclearización de la península será una realidad. Ambos países están actuando con base en intereses propios: Trump evidentemente quiere ganar más puntos, para salir victorioso en las próximas elecciones y lograr su reelección en 2020; Kim Jong-Un, por su parte, al tener un programa nuclear creíble, podrá perpetuar su régimen y evitar la intromisión estadounidense en su territorio.
Es un hecho que mientras Trump y Kim sigan llevando a cabo interacciones frecuentes, el problema de Corea del Norte se mantendrá dentro de los límites ya trazados. En consecuencia, Estados Unidos, al tener la situación norcoreana bajo control, puede enfocar su política exterior en Asia en otros actores, como China, aunque esto signifique dejar a un lado el objetivo principal, la total desnuclearización de Corea del Norte.
