El camino al autoritarismo

El camino al autoritarismo

agosto 16, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Uno de los temas con los que iniciamos la semana es el estatus legal de Rosario Robles, ante una situación nada nueva en la política nacional, que es el desvío de recursos.

Lo cual lleva a una reflexión constante del poder político, ¿puede tener el sistema de justicia una carga eminentemente política?, la respuesta es un contundente sí, tan sólo revisemos la historia reciente de nuestro país y veamos cuantos ex funcionarios federales o miembros de la clase política se han encontrado en la misma situación de la extitular de Sedesol, lo que es entre líneas una posible revancha política, sino sólo hay que recordar el pasado mutuo y oscuro que tiene Robles junto con el Presidente.

Desde que López Obrador está en el poder, se hace más evidente su desdén por el sistema de pesos y contrapesos, prefiere no tener oposición por lo que hay ciertos cambios o movimientos políticos estratégicos en este sentido; no le gusta para nada lo que suene a autonomía o sociedad civil por lo que organismos públicos o privados de este tipo se han visto opacados, limitados en su labor o quizá pronto puedan desaparecer en un escenario muy extremo.

Como referencia al título de este artículo, aquí va la explicación, no hace mucho se estrenó en México la película Vice de Adam McKay o El vicepresidente: más allá del poder, una sátira política con humor muy ácido sobre el ascenso político de Dick Cheney, uno de los pilares de la administración de George W. Bush; dentro del filme observamos un punto interesante que es la teoría del ejecutivo unitario, mostrando al político estadounidense como un firme defensor de este postulado, en términos muy sencillos y entendibles, en menos de dos minutos y con metáforas logra explicar este concepto jurídico-político, como uno de los vicios autoritarios de la democracia; es decir, que se puede ejercer el poder ignorando los pesos, contrapesos e incluso la separación de poderes, lo que es similar al poder de los faraones, reyes, dictadores e incluso se compara con el villano de Marvel Comics, Galactus, un ser ultra poderoso que devora planetas, galaxias y hasta universos enteros.

Si bien nuestro Presidente no es Cheney, para empezar, no son ni siquiera parte del mismo espectro ideológico, uno es de derecha, el otro de izquierda, no podemos negar que la tentación autoritaria es demasiada, y que en México puedes usar la justicia a tu favor o conveniencia política.

Gildardo Ledesma

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