Ejército humillado
agosto 27, 2019En la encuesta Confianza en Instituciones 2018, de Consulta Mitofsky, el Ejército se ubicó en el tercer sitio del ranking, con una calificación de 7.0, sólo por debajo de las Universidades y la Iglesia.
El Ejército siempre ha inspirado respeto y admiración entre los mexicanos, debido a las labores que realiza en su favor, principalmente de apoyo, a través del Plan ND-III-E, plan de auxilio a la población civil en casos de desastre; así como por el combate al crimen organizado, desde el sexenio de Felipe Calderón.
Si bien es cierto, la presencia de las Fuerzas Armadas en las calles fue y es inconstitucional, pues, su labor no es la seguridad pública del país, además de que para ello existían las corporaciones policiacas, en los tres órdenes de gobierno, y ahora la Guardia Nacional; la galopante inseguridad en México, debido principalmente a los altos índices delictivos, provocados por el narcotráfico, la disputa de las plazas y el incremento de los delitos, ha impedido el regreso del Ejército a los cuarteles.
Sin embargo, la confianza y el respeto hacia el Ejército han sido menoscabados por el propio Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien, como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, ha dicho que “nunca voy a dar la orden de que el Ejército reprima al pueblo de México”; sus palabras y el impedimento de la actuación del Ejército han provocado la humillación reiterada de nuestras Fuerzas Armadas.
El Ejército ha sido sometido, desarmado, vejado, humillado; las Fuerzas Armadas del país han perdido el respeto del “pueblo bueno y sabio”, simple y sencillamente porque han recibido la orden de parte del Presidente de no hacer uso de la fuerza.
Más lamentable aún, las declaraciones de AMLO, el fin de semana, en Oaxaca; afirmaciones indignantes, por el mensaje que encierran, principalmente para aquellos que se han visto afectados de manera directa por el narcotráfico. Se le exigió la presencia del Ejército para combatir las agresiones de los narcotraficantes, argumentándole que no se dialoga con los agresores. La respuesta del Presidente fue: “El Ejército no se usa para reprimir al pueblo”, a lo que el ciudadano le respondió: “¡Carajo!, ¿el narco es pueblo?”. Y la respuesta de López Obrador, que al parecer se encuentra negociando con el crimen organizado, fue: “Sí, es pueblo, todos son seres humanos”.
Algo de lo que debería informar el Presidente en sus spots es que el Ejército está inhabilitado; la Guardia Nacional, inoperante; la Policía Federal, desmantelada; el narcotráfico y la delincuencia, solapados; y la ciudadanía, atemorizada.
LA CUADRATURA
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