López, ¿insulto?

López, ¿insulto?

septiembre 3, 2019 Desactivado Por La Opinión de

En días recientes, particularmente con motivo del informe del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), se ha reavivado una añeja discusión, que refleja los complejos y la estrechez de mente de los seguidores del Presidente; esos que se ofenden por todo, pero que son los principales promotores del odio y la división de la sociedad mexicana.

Los iracundos voceros del régimen se rasgan las vestiduras porque se le dice López al Presidente; alegan que es un insulto y que el Jefe del Ejecutivo merece respeto; y en la lógica dictatorial que les caracteriza pretenden dictar y ordenarle al resto de los mexicanos como comportarse y como dirigirse al Presidente de la República; unos dicen que se le debe llamar por su nombre completo o AMLO (iniciales de sus nombres y apellidos), otros dicen que se deben utilizar ambos apellidos para referirse a él, López Obrador.

A todos los presidentes, no sólo de nuestro país, sino del mundo, se les ha identificado por su apellido: Peña, Calderón, Fox, Zedillo y Salinas, en México; Trump, Obama, Bush y Clinton, en EEUU; sólo a quienes han tenido un apellido compuesto, como López Portillo o Díaz Ordaz, se les ha mencionado de esta manera.

Los seguidores del Presidente López se ofenden porque se le diga López, porque creen que se le menosprecia, pero son ellos quienes consideran que un López es inferior al rimbombante, de alcurnia y fifí (diría el propio Presidente) López Obrador; por eso, en su campaña permanente y en sus gritos desaforados incluso dejan de mencionar el López y gritan hasta desgañitarse: “es un honor estar con Obrador”.

El Instituto Nacional Electoral (INE) reporta que 4.5 millones de personas, en México, mayores de 18 años, tienen el apellido López; es un apellido común en México, pero no por eso es un insulto. Lo que pretende el lopezobradorismo (o el lopizmo), en una actitud mesiánica, es crear un discurso, un mito, en el que el Presidente López es el mesías, el redentor, el salvador de la Patria, al que hay rendirle pleitesía.

El fanatismo de los seguidores del Presidente sólo es comparable al mesianismo del propio Presidente, quién se asume no sólo como Jefe de Estado, sino también como guía moral y espiritual de los mexicanos.

López es su apellido, el de su padre y el sus ancestros; si ellos lo consideran ofensivo se debe sólo a su pequeñez, a sus complejos de inferioridad y a sus frustraciones del pasado.

LA CUADRATURA

Los morenistas, aprendices de dictadores, cada que encuentran un obstáculo legal en su camino, proceden a reformar la Ley, a modo y en beneficio de los suyos. ¿La próxima será la Ley Porfirio?

Alberto Lugo Ledesma

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