La oposición acéfala

La oposición acéfala

septiembre 6, 2019 Desactivado Por La Opinión de

En toda democracia, siempre la oposición juega un papel esencial dentro del sistema político, si bien el rol que esta desempeñe dependerá mucho de la manera de hacer política de cada facción o partido.

Una de sus tareas fundamentales es cuestionar al poder en turno, sin embargo, no acaba ahí, existen momentos de profunda negociación y/o concertación política, por lo que va más allá de incomodar al gobierno.

Nuestro país y sus gobernantes han tenido una historia con la oposición un tanto variable; existían tiempos, como en el presidencialismo, en que su función sólo era validar los mandatos e iniciativas del Poder Ejecutivo; otras en que tras la cooptación se lograba sacar adelante las denominadas Reformas Estructurales en diversos ámbitos.

Por necesidad del juego político se empieza a dar un fenómeno político, estudiado por la politóloga María Amparo Casar, que es de gobernar sin la mayoría, situación a la que en la historia reciente presidentes emanados del PAN y del PRI se han tenido que enfrentar, además de ser una condición básica en una democracia, si hablamos entre otros puntos de pluralidad.

Lamentablemente, en estos tiempos del lopezobradorismo, observamos que ya iniciaron los distanciamientos entre los grupos o líderes morenistas, léase BatresMonreal o la sana distancia que ha tomado el Presidente hacia su partido, en el que pareciera que, al asumir la investidura presidencial, debiera desentenderse de los asuntos de carácter partidario; sin embargo, en la praxis política esto jamás ha sucedido y más bien termina en una simulación.

Un suceso reprobable es que pareciera una tendencia del Presidente, el tener una aplastante mayoría que no le cuestione, que valide todas sus decisiones; eso no es una forma democrática de gobernar, dejando de lado o ignorando todos los pesos y contrapesos al poder.

Más triste es que, a la fecha, no exista una oposición fuerte; es cierto hay crítica de las demás fuerzas políticas al gobierno, pero ahí queda, no en vano se habla ya en algunos espacios del regreso del ex candidato presidencial panista Ricardo Anaya al escenario político; el cinismo de Porfirio Muñoz Ledo tras su renuncia a la Mesa Directiva o cualquier otra nota en este tenor.

Y es que, a no ser que suceda algo relevante en las elecciones intermedias o no, el Ejecutivo debe aprender como sus predecesores a gobernar con o sin la mayoría, finalmente es la esencia de toda democracia.

Gildardo Ledesma

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