Brechas de género… ¿una construcción empírica?
noviembre 8, 2019“La igualdad educativa no garantiza la igualdad en el mercado laboral.
Incluso los países más desarrollados no están con igualdad de género.
Todavía hay techos de cristal y ‘tuberías con fugas’ que impiden
a las mujeres salir adelante en el lugar de trabajo.”
Michelle Bachelet
En las últimas décadas, la presencia de las mujeres en la política ha cambiado; hoy en día podemos encontrar a más mujeres ocupando espacios en todos los ámbitos, incluyendo la esfera política, sin embargo, esto no ha sido suficiente para concretar un cambio.
En los últimos años, la participación de las mujeres en los parlamentos aumentó del 11% al 22%, impactando en la generación de políticas públicas positivas en favor de las mismas; tan sólo en México la Reforma política del 2014 originó que hoy la gran mayoría de congresos locales estén integrados por más mujeres, casi en igualdad de proporción que los hombres, aumentando derechos en salud y generando políticas públicas con enfoque de género.
Los grandes esfuerzos que las mujeres hemos hecho para participar en la política global están funcionando; sus participaciones como líderes de partidos políticos, activistas de la sociedad civil, concejales locales y alcaldesas, parlamentarias, ministros y presidentas son la prueba de que hemos dado un paso más por la igualdad y nuestra voz está siendo escuchada.
Lamentablemente, y pese al gran esfuerzo que hemos hechos en distintos movimientos y frentes feministas por lograr la conquista y el reconocimiento de nuestros derechos, aún encontramos espacios donde la igualdad no ha sido alcanzada, donde se siguen observando acciones negativas contra el trabajo de las mujeres y continúa una brecha salarial importante… Tenemos una deuda pendiente.
Según datos de la OCDE, las mujeres tienen mayor probabilidad de estar en trabajos de medio tiempo y que estén sobrerrepresentadas en ocupaciones y trabajos que son menos remunerados.
Esta brecha impacta directamente en un sistema de pensiones o jubilaciones; acceder a puestos con salarios menores significará pensiones con pagos menores; algo que revela de forma clara los datos de la OCDE es que los pagos de pensiones a individuos de 65 años o más son 28% más bajos, en promedio, para las mujeres que para los hombres.
La búsqueda por la igualdad exige de cambios tan importantes dentro del ámbito laboral, dotando a las mujeres de mayores oportunidades, eliminando paradigmas y estereotipos que generen que lo techos de cristal, que son impuestos a las mujeres, impacten en el desarrollo pleno de la vida de cientos de mujeres. Las mujeres no deberían de luchar por una remuneración igual a los hombres, dicha remuneración debería ser garantizada desde un principio.
Si aspiramos a tener una sociedad más democrática, justa e incluyente, ¡que quede claro!, no podemos retroceder al ejercicio pleno de nuestros derechos… No habrá paz ni progreso sin igualdad real.