El periodismo en tiempos de López
diciembre 3, 2019Durante el primer año de gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), la profesión del periodismo ha sido una de las más lastimadas. Al menos 11 periodistas han sido asesinados en la mal llamada cuarta transformación.
Asimismo, 10 periodistas de medios nacionales han sido despedidos o cesados por sus empresas: Carlos Loret de Mola, de Radio Centro y Televisa; Sergio Sarmiento y Lupita Juárez, de Radio Centro; Carlos Marín, de Milenio; Jorge Ramos y Ricardo Gómez, de El Universal; Rubén Cortés, de La Razón; Juan Carlos Padilla, de ABC Radio; Ricardo Alemán, de sus espacios en radio y televisión; y el último en perder su espacio en medios fue Víctor Trujillo “Brozo”.
Ello se suma a los 129 trabajadores despedidos por Sanjuana Martínez de la agencia de noticias del Estado mexicano, Notimex; además de los 20 corresponsales extranjeros, a quienes no sólo se dejó sin empleo, sino varados en otros países, sin mayor explicación que la mal llamada “austeridad republicana” y un recursos legaloide de terminación de contrato, cuando algunos de ellos tenían más de 35 años laborando para Notimex.
En tiempos de López Obrador, periodistas de verdad, los que cuestionan, los que preguntan, los buscan la nota, como Irving Pineda, de TV Azteca, o Jannet López, de Milenio, son amenazados y atacados por los fanáticos seguidores del Presidente, por los feligreses que se sienten agraviados ante los cuestionamientos que sufre su “inmaculado” mesías.
Los despidos, los ataques, los insultos, a todo aquel que ose tocar al salvador de la Patria, con una pregunta incómoda, con una palabra mal dicha, con un cuestionamiento a su “infalible” gobierno, no son casualidad; son producto de la polarización de la sociedad, del encono provocado por el propio Presidente, del odio incitado desde las conferencias mañaneras.
Algunos de los calificativos que el hoy Presidente ha dedicado a los medios de comunicación son los siguientes: prensa conservadora, prensa fifí, prensa inmunda, prensa vendida, prensa alquilada, hampa del periodismo, pasquines, chayoteros, fantoches, sabelotodos, hipócritas, manipuladores.
Cuando Jorge Ramos cuestionó a López Obrador, en una de las conferencias mañaneras, acerca de las cifras de homicidios en el país, fue atacado por hordas de fanáticos y de las granjas de Epigmenio Ibarra, en las redes sociales. Días después el propio Presidente les diría a los periodistas: “Si ustedes se pasan, ya saben lo que sucede, pero no soy yo, es con la gente”. Una amenaza velada, que conforme pasan los días se materializa en el desprecio y hostigamiento a los comunicadores.
Hoy, más que nunca, la sentencia de Brozo debe ser el grito de guerra de periodistas y sociedad: “al poder se le revisa, no se le aplaude”.
LA CUADRATURA
Las manifestaciones en contra de López Obrador, como la del 1 de diciembre, son cada vez más numerosas. La preocupación del oficialismo se nota en la minimización reiterada por parte de los bufones del régimen. ¿Será que el miedo no anda en burro?
