Medidas económicas ante el coronavirus
marzo 23, 2020El coronavirus, denominado COVID-19, no es un juego. Es un tema muy serio que hay que atender y sus consecuencias pueden ser muy graves, tanto en el tema de salud como en el tema económico.
Pienso que el Gobierno no ha dimensionado la gravedad del problema. O tal vez está jugando una apuesta, al no detener la economía a costa de la salud de los mexicanos. Cualquiera que sea el caso es muy riesgoso. Sin embargo, al no ser mi especialidad la salud pública, me centraré en algunas medidas económicas que podrían ayudar a disminuir los efectos de una crisis latente.
Primero hay que comenzar por admitir que la infraestructura en salud pública NO será suficiente. En México existen 1.5 camas por cada 1,000 habitantes. Para hacer una comparación, Japón tiene 13.4 por cada 1,000 habitantes o Corea del Sur cuenta con 11.5, países que también padecen la pandemia. Como vemos, será insuficiente si la enfermedad se propaga de manera rápida y la falta de atención médica causará pánico en la población.
Por eso, es necesario implementar un seguro emergente universal para todos los casos de COVID-19. Para que este seguro sea suficiente, es necesario subrogar la infraestructura de hospitales privados. Es decir, que si alguien sin seguro y sin dinero es diagnosticado con el virus, esta persona pueda ser atendida en cualquier hospital, público o privado, y será el Gobierno quien asuma los gastos después de que sean debidamente comprobados. Esto dará certeza y tranquilidad a la sociedad.
Es necesario suspender TODOS los Programas del Bienestar, con excepción del programa para adultos mayores, ya que ellos son la población más vulnerable. Estos programas pueden ser sustituidos de manera temporal con un Ingreso Básico Universal. En caso de que la contingencia se agrave (que lo hará), muchas personas perderán su fuente de ingresos. Esta medida tiene que ser enfocada hacia las personas más pobres.
Con datos del Coneval, si tomamos la canasta básica ($1,623.2) y lo multiplicamos por 52.4 millones de pobres, por los 3 meses que puede durar la contingencia, nos da una cantidad de $255.3 mil millones de pesos. Eso sería un costo aproximado.
Es urgente dar una prórroga para el pago de impuestos y suspender temporalmente el cobro de servicios públicos como agua y luz. Acciones como esta ya han sido anunciadas en Francia y permitirían a la población tener la certeza de que, en su caso, podrán estar en casa contando con servicios públicos básicos.
Se debe implementar un programa de créditos para micro, pequeñas y medianas empresas, otorgado por la banca de desarrollo. Al disminuir la actividad económica, muchas de ellas pueden caer en impago de obligaciones con créditos ya existentes o con proveedores. Al hacer esto, ayudaría a que muchas de estas empresas no se vean obligadas a desaparecer.
Durante el tiempo de contingencia, el Gobierno podría dar el anuncio de dos Programas Nacionales: de Energía y de Infraestructura.
En el primero, es necesario permitir la inversión de privados. Pemex es insostenible con los precios de petróleo actuales, tan sólo este miércoles cerró en 12.92 dólares el barril de la mezcla mexicana. También es importante que el plan se enfoque en energías renovables. Ahí tenemos mucho espacio por avanzar y las próximas generaciones lo agradecerán.
En el programa de infraestructura se deben suspender o postergar obras como la Refinería Dos Bocas, El Tren Maya y el aeropuerto de Santa Lucía, ya que no son rentables. Hay que sustituir estas obras por ahora, con unas de corto plazo, como carreteras, caminos, presas, agua potable, alcantarillado, etc. La infraestructura lleva un arrastre a diversos sectores de la economía y es urgente aplicarlo en el segundo semestre del año.
Estas medidas no son limitativas o excluyentes a otras que pueda haber omitido por restricción la del espacio.
Hay dinero para financiar todo esto, sólo que se encuentra en otro momento del tiempo, en el futuro. Para traerlo al presente, sólo debemos pagar una pequeña cuota, se llama tasa de interés. En otras palabras, todo esto se puede financiar con deuda, y este dinero puede estar garantizado con los impuestos que generarán las obras que se realicen hoy.
Banxico ha comenzado a tomar medidas financieras adecuadas, pero son insuficientes. Si el Gobierno no actúa, serán los más pobres quienes sufrirán más. Dejar que el mercado se regule solo, como lo propuso el Presidente, es demasiado cruel. Eso ni los más neoliberales se atrevieron.
Omar Ovalle
Twitter: @ovalle_omar