El modelo de desarrollo global después del COVID-19

El modelo de desarrollo global después del COVID-19

abril 7, 2020 Desactivado Por La Opinión de

El mundo después del COVID-19 será de las lecciones que fuimos capaces de aprender, de las experiencias, de los impactos individuales y regionales que trajo el efecto dominó a cada país; así que unos saldrán fortalecidos por haber tomado medidas preventivas, mientras que otros tendrán que asumir el costo de tomar decisiones tardías.

La pandemia sanitaria producida por el COVID-19, es el último clavo del ataúd que ha acelerado la caída profunda y prolongada de los mercados globales, vivimos en este momento una ruptura del equilibrio de forma histórica, a partir de aquí se establecerán nuevas formas en el estilo de vida global.

Recordemos que es en las crisis cuando la solidez institucional de los organismos internacionales y el fortalecimiento de los Estados se pone a prueba, y ante esta batalla, zonas de Europa como España e Italia, Ecuador y Brasil en Latinoamérica, ciudades como Nueva York, en Estados Unidos, se han visto frágiles para afrontar la presente pandemia, debido a la incapacidad para dar acceso al derecho a la salud, dando pie al colapso de los diferentes sistemas sanitarios.

La redirección del mercado mundial y el jaque al orden tripolar, encabezado por Estados Unidos, China y Rusia, generarán nuevas formas para la toma de decisiones multilaterales y de cooperación en medio del actual drama global, donde todas las naciones pagarán su respectiva factura, unas más, otras menos, aquí nadie ganará.

El desalentador presente en el inicio de la cuarta revolución industrial, desarrollará nuevas oportunidades para plantear perspectivas en la agenda de cooperación global, para encontrar soluciones sostenibles a los temas prioritarios como derecho a la salud, migración, empleo, mitigación de la pobreza, inclusión social y económica, igualdad de género y el enfrentamiento al cambio climático, entre otros.

La recesión económica traerá, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), una pérdida de entre 5.3 y 24.7 millones de empleos. Nadie está preparado ante inminente situación, sin embargo, los que mejor asumirán esta batalla son aquellos países que le apuesten a programas fiscales integrales, a los que inyecten flujo de capital para impulsar el comercio desde lo local y proponer una cooperación con otros Estados, desde los ámbitos en los que tienen intereses en común, además de los que a mediano plazo le apuesten a la estrategias de innovación industriales y productivas que partan de bases sostenibles.

Este desgaste progresivo del sistema económico en las últimas décadas hace lógica una pronta refundación y/o creación de nuevos organismos internacionales, más acordes a la altura de los desafíos globales. A partir de estos replanteamientos, iremos observando un movimiento de transición al que todas las naciones estaremos sujetas a adaptarnos tarde o temprano. El engranaje global está en un dinamismo veloz y el paradigma se está transformando.

Jorge Iván Flores Camacho

Réplicas