Sin liderazgos y perdidos en medio de la crisis
abril 14, 2020Este texto no es positivista ni mucho menos jurídico. En cambio, puede ser leído a partir de las responsabilidades sociales que uno debe asumir como ciudadano, no de un Estado nación solamente, sino de un mundo interconectado, independientemente de ideologías, nacionalidades o formas de vida.
El COVID nos ha demostrado lo diminuto que resulta el ser humano. Nos estamos topando con la pared al observar que nuestras instituciones no tienen la solución a todo; ni las nacionales, pero tampoco los organismos internacionales.
Esta es la situación mundial contemporánea que más iguales nos ha hecho a todos. El COVID es un problema en cualquier rincón del mundo, haciendo vulnerable a todo tipo de personas: poderosos, humildes; ricos, pobres; blancos, negros… todos.
Los amantes de las teorías de la conspiración nunca encontrarán obstáculos para sus narrativas fatalistas, que señalan que en menos de 10 personas está el destino de toda la humanidad; sin embargo, nadie puede negar que el COVID ha sido un problema para todos, independientemente de roles y estatus social.
Han resultado víctimas del COVID personas tan poderosas como el primer ministro británico Boris Johnson; la esposa del presidente español; ministros de estado alrededor del mundo, y en México gobernadores y poderosos empresarios.
A pesar de que nadie es inmune a contraer el virus, hoy día, a meses de la complicada situación que en México apenas comienza, sigue sin haber alguien que asuma liderazgo y establezca, de manera eficaz y legítima, ciertas pautas para que, por lo menos, nuestro nivel de incertidumbre sea menor.
Observamos que cada país establece reglamentos de manera aislada, en un mundo que inevitablemente está interconectado. Los líderes formales incluso se han manifestado sumamente distinto, respecto a la crisis mundial; la mayoría de las veces de modo irresponsable: Bolsonaro, López Obrador, Trump y el mismo Boris Johnson. ¿En dónde están la ONU, la OMS, la Cruz Roja?
En algunos países latinoamericanos, hasta hace pocos días había actividades escolares; en otros, como Filipinas, amenazan a los ciudadanos con dispararles en caso de saltarse el estado de alarma; en México hubo gente en las playas durante semana santa, mientras en Bielorrusia continúan con la liga profesional de futbol.
Nadie se ha atrevido a decir que aquellos que superan la enfermedad se vuelven inmunes, ello resulta comprensible, al ser un dato que no se sabe con precisión. Así pues, no es ese el problema, entendemos que estamos ante una nueva enfermedad, ante algo inesperado, ante una crisis en toda la dimensión de la palabra. El problema es que nadie ha asumido la responsabilidad y el coraje para decir que se sabe muy poco de la pandemia y, a partir de lo poquito que se sabe, marcar pautas explícitas y concretas, o por lo menos no contradictorias.
Una persona con tres dedos de frente puede comprender o, por lo menos, entender que nadie sepa nada del tema, pero difícilmente una persona entenderá que nadie asuma responsabilidades, pero más que responsabilidades, liderazgos; liderazgos que no necesariamente deben ser formales, pero sí legítimos, y que, si existieran, el nivel de incertidumbre sería mucho menor.
México no es la excepción, al contrario, se ha hecho presente la irresponsabilidad, tanto en las élites, como en la sociedad. Hoy la administración federal no sabe a dónde va, ni quiénes son los responsables, se han visto extremadamente superados; de hecho, ese es el problema, que aquellos que debieran ser responsables, se han mantenido en la obscuridad; todo está en los hombros de aquel a quien no le corresponde ni la salud ni el orden sociopolítico interno, todo se lo han asignado al canciller Marcelo Ebrard… Dios nos agarre confesados.
¿Quién es nuestro líder en México? Me niego a que sea aquel que dijo que era mejor que se contagiaran 100 niños en lugar de diez o uno. Me niego a que sean quienes nos dicen que salgamos y después nos digan que no. El nivel de incertidumbre y escasez de información en México es tanto, que Google a través de sus tecnologías de geolocalización ha declarado que México es el país latinoamericano que menos ha cumplido con la principal medida de prevención y contención: mantenerse en casa; los mexicanos de a pie tampoco hemos querido asumir nuestras responsabilidades.
Estamos perdidos en medio de la crisis y sin nadie que nos diga a dónde vamos.
Isidro O’Shea
Twitter: @isidroshea