Revolución educativa para transformar
julio 20, 2020En América Latina, la educación es una de las principales problemáticas sociales para el desarrollo de las personas y del país; muchas personas culpan al Estado, a los docentes, incluso a los propios estudiantes, tratando de buscar un culpable y no evitando inconscientemente ver la raíz del problema. Curiosamente frente a las perspectivas actuales, que se tienen sobre la educación y el ejercicio de la docencia, se generan políticas públicas educativas para la mejora del país.
Investigaciones, como los de la Asociación Americana de Investigación Educativa (AERA), refieren que es de suma importancia realizar investigaciones empíricas en la formación del docente, donde se observe e investigue la vocación de éste y los demás componentes que influyen en su formación.
Es importante saber que es de suma importancia invertir en la formación del docente, pues no sólo se debe centrar en los conocimientos curriculares para el desarrollo de clase, sino también debe estar formado, capacitado y entrenado para abordar competencias y tratar casos de estudiantes que tengan diferencias culturas, niveles socioeconómicos y las distintas problemáticas que se puedan presentar.
No sólo un docente especializado en etnoeducación o educación especial debe estar preparado para abordar ese tipo de casos, por el contrario, se debe formar a todos los docentes generalistas en este tipo de temas, para que la educación inclusiva se forme de manera integral.
Es de suma importancia, que se investigue, en la formación del docente, desde su etapa inicial de formación, para que éste pueda tener las herramientas necesarias para abordar los casos.
Es importante decir que trabajar con un solo enfoque no traerá los resultados que, verdaderamente, se busca tener si se desea mejorar la situación educativa de un país. Es importante saber que en la educación se emplean varios enfoques y diversas metodologías para poder llegar al estudiante.
Por otro lado, trabajar en la formación de competencias es fundamental, para ello, Mertens (1996) clasifica a 4 enfoques: el conductista, el funcionalista, el constructivista y el holístico; este último posee atributos necesarios para el desempeño de la labor del trabajo, de acuerdo con una norma apropiada; es decir, conecta con enfoques de atributos generales con el contexto de éstos, que se pone en juego.
Marilyn Cochran-Smith, K. Z. (2006). Estudio sobre la formación del profesorado en los Estados Unidos:Descripción del informe del comité de la American Educational Reserach Association. iRevista de Educación, 87-115.
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