La falsa ilusión del “juicio” a los expresidentes

julio 9, 2021 Desactivado Por La Opinión de

El próximo 1 de agosto se está convocando, por medio del gobierno y del INE, a participar en la primera consulta “legal” para “enjuiciar a los exmandatarios mexicanos”, bajo pretexto de mostrar una efectiva lucha contra la corrupción.

Desde luego, tanto la pregunta, como las formas legales o jurídicas, ha desatado una serie de críticas, por lo que este artículo no será la excepción, dado que a pesar de parecer un avance en la participación ciudadana en realidad es puro humo, no tan lejano a esos mecanismos institucionalizados que los gobiernos federales, estatales y municipales han replicado por años.

La investigadora chilena Nuria Cunill, ha definido, en diversos textos académicos, a la participación ciudadana como la incidencia ciudadana en la esfera de lo público, es decir, que los ciudadanos debemos ser partícipes de alguna manera en las decisiones públicas, lo cual a muchos nos suena como algo ideal tal vez innovador en una sociedad que se asume como democrática.

Sin embargo, en este panorama político actual, con todos los problemas de por medio, se está tratando desde el poder de convencer al pueblo de que su opinión vale para enjuiciar a ese pasado corrupto, lo cual es una gran mentira. Pues que más quisiéramos que en este país se castigara a los corruptos por igual, lo cual no sucede a menos que seas un chivo expiatorio, adversario político, etc.

Tan sólo la pregunta es confusa, llena de una jerga jurídica, que el gran grueso de la ciudadanía no alcanza a entender, pero que en términos sencillos el gobierno nos está consultando por hacer su trabajo.

Por qué si castigar a los corruptos del pasado realmente daría sus frutos, recordemos además de obviar que existen instancias de fiscalización, justicia en la estructura administrativa del Estado Mexicano, cada seis años respectivamente tendría que cumplirse la ley, punto. Y siempre caen los que no necesariamente hicieron los actos deleznables, mas no por ello se minimiza su actuar.

Ahora, ¿debemos ir o no a votar el próximo domingo 1 de agosto?, ese es el gran dilema al que no pretendo dar una respuesta concreta, porque más bien nos obliga a pensar en que estamos validando una farsa o legitimando la posible venganza política. O quizá como lo que ha sucedido en este sexenio, que es volcar la opinión pública en un debate polarizante, ante la falta de resultados en la gestión pública.

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24