Historia de horror mexicana: el más monstruoso de los horrores

Historia de horror mexicana: el más monstruoso de los horrores

octubre 29, 2021 Desactivado Por La Opinión de

Hay una infinidad de frases sobre la naturaleza del monstruo, muchas leyendas, religión, literatura, además del cine, nos han brindado valiosas lecciones de que a veces el monstruo no es la momia, vampiro, zombie, críptido y/o engendro mitológico o espacial proveniente de múltiples lugares reales tanto ficticios.

Para ello, citaré a continuación una de las frases más memorables de nuestro gran cineasta y orgullo mexicano, Guillermo Del Toro: “Desde la infancia he sido fiel a los monstruos, me han salvado. Porque los monstruos, creo, son los santos patronos de nuestra dichosa imperfección. Y permiten y encarnan la posibilidad de fallar y vivir”.

Cabe recordar que el tapatío nos ha dejado clara, en mucha de su filmografía, su fascinación por el marginado social; que siempre el monstruo es más humano que la misma naturaleza del ser humano, basado en principios morales cuestionables, por así decirlo.

Sin embargo, cada vez es más común que las historias de horror modernas ya no sean lo que en la literatura Bram Stoker, Mary Shelley o H.P. Lovecraft concibieron a través del monstruo tradicional; la brutalidad junto con la naturaleza humana se ha convertido en un acto de naturaleza inhumana, amoral, carente de escrúpulos.

Estimado lector, a manera de ejemplo rescataré dos cintas de Jordan Peele, las cuales le recomiendo ampliamente: la primera es Get Out (Huye) y la segunda, Us (Nosotros), cintas que abordan la reflexión social profunda en la que el racismo, la xenofobia o la estructura social contemporánea ya se torna una situación dantesca.

Dice la Biblia, “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces” (Mateo, 7:15); nada más vigente para estos tiempos sociales, políticos convulsos, inundados de gobernantes cuya narrativa principal fue en contra del régimen anterior y que, con el disfraz de pureza, la mentira junto con el engaño sigue su misma dinámica de afirmar que ellos son distintos.

Quizá el poder político, además del factor de la naturaleza humana, ha creado monstruos, pero no ese Leviatán del libro de Job o al que en la filosofía política se refería el mismísimo Thomas Hobbes, de cuya obra se deriva el nombre de esta columna.

Finalmente pensemos en política y corrupción: ¿quién es el verdadero monstruo?

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24


Imagen: Stefan Keller / pixabay.com

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