Acostumbrarse a las malas noticias

Se decía en diversos espacios académicos y de opinión, lo compleja que se ha vuelto la insensibilidad ante la pérdida de vidas humanas, en este país, en un inicio fue con las víctimas de la violencia por el crimen organizado, posteriormente con los fallecidos por la pandemia de COVID-19.

Pareciera que, en un determinado momento, nos hemos acostumbrado o hemos normalizado desde la violencia hasta la lamentable pérdida de vidas humanas, situación que nos ha, quizá, hasta deshumanizado en cierto sentido.

Ahora sabemos que este gobierno de la 4T, que ha sido ampliamente criticado y atacado, me parece que al mismo nivel que sus predecesores, en tanto el nivel de libertad de expresión nos lo permita, así como la evolución de las formas de comunicación lo han facilitado.

Sin embargo, desde los inicios del gobierno pareciera que cada semana es peor que la anterior, casi como si esperáramos con que nueva estupidez saldrán en Palacio Nacional. Pues la semana pasada fue la respuesta al Parlamento Europeo, antes de eso sus pleitos con Loret de Mola, hasta la repartición de culpas al “maldito neoliberalismo”.

Desde luego, la oposición y los críticos parecieran los más felices, mientras que la base de simpatizantes, seguidores del actual gobierno, parecen cada vez más molestos o empeñados en seguir defendiendo lo indefendible, dejando de lado el mismo sentido común.

Vemos a un presidente agotado y agobiado, que pese a lograr convencer al electorado no está dando resultados de gobierno. Los datos duros, que no son necesariamente fríos o alejados de la realidad social, nos demuestran que hay nulo crecimiento económico, cero combate a la corrupción, la justicia sólo aplicada para fastidiar a los adversarios políticos tanto de López Obrador, del fiscal Gertz Manero, así como una cada vez más acotada división de poderes.

En lo social, independientemente del nivel de información que maneja cada individuo, cada vez nos acostumbramos a que algo va a salir mal, algún discurso, dicho irresponsable, quizá un capricho del poder o cerrarse cada vez más en el tenor de que sólo ellos (o él) son los poseedores de la verdad absoluta.

Y si los cuestionas estarás del lado equivocado de la historia…

El régimen cada día vive una podredumbre severa, que quizá ni la revocación de mandato pueda salvarle reconstruir su envidiada, por sus predecesores, legitimidad tras la victoria.

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24

Imagen: Internet