De autoritarismo y adoctrinamiento
junio 3, 2022“El propósito de la educación es mostrar
a la gente como aprender por sí misma.
El otro concepto de la educación es adoctrinamiento”
Noam Chomsky
Constantemente nos cuestionamos en diversos espacios, una gran cantidad de periodistas, líderes de opinión, entre otros, los porqués del cada día más notorio camino al autoritarismo en México.
Tan sólo el mayor miedo de mucha gente, incluso irracional en momentos, es la idea de estarnos pareciendo a Venezuela, que, a pesar de que considero algo muy lejano aún, hay señales de preocupación cada vez más alarmantes.
Tanto economistas, sociólogos y politólogos coinciden en que lo que ha hecho fracasar en política y economía a muchos países son las instituciones o bien el diseño de las mismas. Aunque esto puede interrelacionarse con variables de tipo social, histórico, geográfico, cultural, y esto a su vez ayudarnos a descifrar los evidentes obstáculos en transitar hacia la democracia plena en algunos países.
Algo que me queda claro es el trasfondo histórico, como una de las partes para entender el problema. Por ejemplo, si nos vamos a instituciones democráticas, debemos considerar que en México e Hispanoamérica provenimos de un conjunto de instituciones centralizadas, jerarquizadas y con una toma de decisiones verticalizada.
Mientras que en los Estados Unidos sus instituciones políticas además de provenir de la Ilustración, si nos vamos a mucho antes de 1776, en las colonias se tenían asambleas bajo un esquema de democracia directa, lo que favoreció más la consolidación de una cultura política mayormente participativa.
Por ello, resta plantearnos si nuestra falta de instituciones sólidas o con determinadas características se debe a una suerte de destino histórico, aunque también esto puede cambiar a causa de una serie de políticas económicas, tendientes a replantear el rumbo de un país.
Rescataremos, como parte de este análisis histórico exprés, lo dicho por el Dr. Eduardo Matos Moctezuma, quién ha manifestado desde antes una manipulación de fechas para favorecer agendas o discursos políticos, por parte de algunos sectores gubernamentales.
Y con un mandatario tan obsesionado no con la historia, sino con narrativas producto del nacionalismo revolucionario, de ese rancio régimen de la dictadura perfecta. Pero que a la vez tanto su séquito de fanáticos, como él, dejan de lado la comprensión de procesos histórico-políticos fundamentales, todo con sus ya cantadísimos fines de adoctrinamiento.
Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24
Imagen: laopinion.de