El presidente violento

En México estamos viviendo una escalada de violencia en los últimos años, sin embargo, la misma se ha normalizado para mal. Desde el asesinato de los sacerdotes jesuitas, que ha causado toda una reacción fuerte contra el gobierno lopezobradorista de parte de miembros de la Iglesia Católica.

Se esperaría, con ello, que el gobierno tuviera mejores estrategias para disminuir la violencia en el país, lamentablemente y más en esta administración no es así, sino inventar distractores o usar un principio de victimización de la figura presidencial, disfrazado de ataques contra su “movimiento”.

Sigue inmerso en los ataques, descalificaciones contra sus adversarios o cualquiera que le cuestione, cada día está fuera de sí, con una paranoia terrible, mientras los problemas estructurales siguen ahí sin solución aparente.

A los sacerdotes católicos los acusó de estar aliados o ser comparsas de la “mafia que le robó la Presidencia”, razón, según él, no suficiente para cuestionarle. Asimismo, al publicista Carlos Alazraki, quién tiene un canal de YouTube con programas donde se cuestiona duramente al gobierno, lo llamó “hitleriano”, comparándole con Joseph P. Goebbels, incluso. Lo más increíble es que lo hizo, no sabríamos si intencionalmente a sabiendas de que el empresario es distinguido miembro de la comunidad judía, por lo que pareciera una contradicción discursiva o simplemente falta de coherencia.

Incluso, si analizáramos en retrospectiva, no sólo lo relativamente reciente mencionado aquí, sino más atrás en semanas y meses, notamos que cada día es una constante, y no es de este año, el endurecimiento contra los críticos o sus adversarios a veces inventados a propósito, para disfrazar que con ataques hacia él se distrae el tema de la falta de resultados o acciones concretas, con respecto a diversas problemáticas que aquejan a los mexicanos y que él mismo hizo ese diagnóstico por más de 12 años, asegurando que si llegaba al poder, lo que finalmente sucedió, les daría solución.

Las soluciones, resultados, son nulos en casi ya 4 años de gobierno, pero el desgaste del presidente, a pesar de que se mantiene su popularidad, ha provocado también que entre la clase política ahora no se dé propuesta, proyecto, sino todo ha caído en el juego de las descalificaciones.

Si bien, a título personal, era algo que ya se observaba, incluso desde la campaña presidencial del 2018, ésta ha ido en escalada al igual que la violencia, polarización social, etc.

¿Y así seguirá…?

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24

Imagen: Internet

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