¿Cuándo empezó la crisis energética?

¿Cuándo empezó la crisis energética?

agosto 29, 2022 Desactivado Por La Opinión de

Mientras preparaba mi mente para escribir este artículo, casualmente vi la película animada de los monstruos que trabajan en una fábrica generando energía para su ciudad con los gritos de los niños y niñas. Es por eso por lo que me pregunto a mí misma, en medio de una crisis, porque la demanda energética es más grande que la oferta, se piensa en soluciones sin importar las consecuencias. Posteriormente, inicié mi investigación y me di cuenta de que esta crisis no inició hace seis meses con la Guerra de Rusia y Ucrania como pareciera lógico.

La primera crisis energética sucedió en la Segunda Guerra Mundial, los recursos energéticos no eran suficientes para cubrir las necesidades de la población y los de la guerra, por lo que se instó a las personas a disminuir el consumo energético en los hogares para no tener que restringirla en los campos de batalla. Encontré que hubo algunos años de abundancia, antes de los 60’s, antes de la terrible crisis de los 70’s, en la que los países Árabes subieron 70% el costo del petróleo, debido a diferencias políticas con occidente.

El tema de la crisis sonó de nuevo hace aproximadamente 11 años, otra vez hace 5 años y, finalmente, inició formalmente esta nueva etapa de la crisis, en 2021, con el aumento del precio de la energía; lo que se piensa como la primera crisis de la transformación energética, paradójicamente unos meses antes ningún país consideraba la alternativa de reducir su consumo energético, a pesar de las consecuencias ambientales y los altos costos. Con el inicio de la guerra, hace 6 meses, se incrementó la fragilidad económica que provocó la pandemia; debido al panorama, hay quienes comparan la sensación con la crisis de los 70’s. Esta guerra enfatiza las dependencias energéticas, inicialmente en Europa, principalmente al gas y el carbón, sin embargo, especialistas de todo el mundo están volteando a ver las diferentes alternativas para producir energía.

Un punto clave en la situación en la que nos encontramos es analizar profunda y rápidamente las tácticas de control emergente para lograr bajar un poco los costos de los hidrocarburos, mientras logramos la transición a las energías renovables. La realidad es que no hay alternativas rápidas y fáciles para solucionar la crisis energética actual, la problemática en la que nos debemos enfocar es identificar las soluciones emergentes, que no nos dirijan al caos climático.

En este sentido es esencial considerar las cuestiones geopolíticas (género, edad, etnia, clase socioeconómica, nacionalidad, etc.) para no incrementar las desventajas del sistema energético que mantenemos a pesar de ser inequitativo y excesivamente contaminante debido al origen, los hidrocarburos.

Debemos dirigirnos a la eliminación de la utilización de los combustibles fósiles, tenemos la necesidad de lograr la transformación energética y a pesar de que cada año se superan los récords de producción de energías limpias, la demanda es demasiado alta y con la urgencia de proveer debido a la llegada del siguiente invierno, se está considerando la implementación de gas licuado para suministrar algunos países de Europa y Asia; pero no debemos perder de vista las consecuencias ecológicas que esa alternativa implica, especialmente porque la infraestructura construida para distribuir el gas licuado seguramente se quedará y continuará contaminando, aún después de superar esta crisis.

La realidad es que en este momento el tema no es la escasez, sin embargo, debemos considerar el alto costo en todos los aspectos, como las emisiones de CO2 para tomar decisiones que tendrán afectaciones a corto, mediano y largo plazo. Adquirir conciencia de la dependencia a la energía puede ser la clave para lograr la transformación energética, tomando las decisiones con miras al futuro y no sólo a la emergencia, haciendo planes para dejar de invertir en combustibles fósiles e invertir en energías renovables.

Para afrontar la crisis podemos buscar alternativas para disminuir el consumo de energía antes de llegar a extremos cortes de luz en verano y de gas en invierno; como usuarios algunas sugerencias pueden ser disminuir 2 grados la calefacción y complementar con ropa térmica, quizá se podría mantener la temperatura entre 16 y 18°C; en España proponen la política de no utilizar corbata para necesitar menos aire acondicionado, cerrar puertas y ventanas para eficientar la ventilación artificial o al contrario abrirlas para apagar el aire acondicionado, duchas cortas, desconectar aparatos, una alternativa más intensa podría ser compartir viviendas con familiares, sólo es cuestión de consumir menos.

En el caso de promover alternativas gubernamentales, podemos pensar en políticas que apoyen al ahorro, como apagar monumentos y fuentes; por ejemplo, Alemania anunció el plan de racionamiento de energía, al grado del corte de suministro en algunos horarios. Finalmente, para los sectores de la industria, algunas sugerencias podrían ser la reducción del uso de transporte con trabajo remoto, el consumo local y disminuir la producción.

Para llevar a cabo cambios radicales es necesario que todos nos involucremos y dejemos de responsabilizar a los gobiernos; sabemos que su razón de existir es cubrir las necesidades sociales y que, dentro de nuestro complejo sistema económico, compartimos intereses y necesidades con el sector comercial, pero la sociedad es el usuario final de los fines comerciales. Entonces, ¿somos responsables del consumo energético de la industria también?

Sara Bejarano

Imagen: Steve Buissinne / pixabay.com 

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