De Pinocho a Jojo Rabbit: ¿agenda woke o una advertencia?

diciembre 30, 2022 Desactivado Por La Opinión de

Tenemos, desde hace 7-8 años, en el mundo, un retroceso democrático, que, aunque podamos aludir a nuestro país, no es único ni exclusivo de México, pues varias naciones han abierto la puerta al populismo, la demagogia, en algunos casos el autoritarismo.

Además, vale la pena recordar que ya son varios historiadores, politólogos y periodistas que han manifestado, en ensayos, su consternación por este asunto, tan sólo Anne Applebaum, Francis Fukuyama, Steven Livetsky y Daniel Zibblat, por mencionar algunos.

Pero es aún más notorio que en el séptimo arte, cada vez se desarrollan historias a las que se les puede interpretar un trasfondo político o de denuncia, más que nada recordándonos porque no es nada padre vivir en regímenes fascistas o totalitarios que son prácticamente antidemocráticos o contrarios a las libertades de los seres humanos.

Una de ellas de la que daré una libre interpretación es Pinocho, de Guillermo Del Toro, que no es más que una reimaginación del cuento de Carlo Collodi, a la que la trama ya es conocida, sin embargo, le da una reimaginación en la Italia entreguerras y el ascenso del fascismo de Mussolini en este país, además del talento del cineasta mexicano.

Cabe señalar que, a pesar de las declaraciones recientes del director en torno a los fideicomisos y la situación del cine mexicano, misma en la que fue hasta retado por la Secretaría de Cultura Federal, la cinta en cuestión no pretende entrar en una reflexión sobre política en el fondo.

Pero sí me parece curioso que, aunque la historia del niño de madera es universalmente conocida por todos, es magnífico ver cómo encaja en un contexto histórico-social en el que asciende al poder un régimen antimoderno, con un gran desdén a la cultura, en especial la que no encaja en sus narrativas ni discursos políticos, aunque hace ruido, aun tras la llegada de Giorgia Meloni al gobierno de dicha nación europea.

Y es justo que, en el 2019, con una escalada de polarización política en los EEUU el director neozelandés Taika Waititi presenta la cinta Jojo Rabbit, una bellísima alegoría sobre la tolerancia, pues nos cuenta una historia infantil, ubicada en la Alemania nazi, sobre un chiquillo fanático de Hitler, al que incluso tiene como amigo imaginario.

Por ello debemos reflexionar o plantearnos si la existencia de estas obras cinematográficas son producto de la casualidad, de una agenda woke o una advertencia tipo 1984, de G. Orwell, en la que nos tienen que recordar el pasado para no volver a cometer los mismos errores.

Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24