Sí a la castellanización (II)
febrero 16, 2019“Matamos lo que amamos. Lo
demás
no ha estado vivo nunca.”
Rosario
Castellanos
El fenómeno al que se enfrenta el mundo moderno es a la falta de ídolos y el temor es latente; que las nuevas generaciones no vayan más allá de seguir a influencers de Instagram o YouTube (un mundo donde las apariencias son la receta que hay que seguir al pie de la letra). Para entender un poco más esta idea, hablemos de los hábitos de la población.
Un estudio, presentado por El Economista, reveló que el hábito de lectura en México es en promedio 39 minutos continuos y la Asociación de Internet calcula que, en promedio, los mexicanos pasan 7 horas 14 minutos conectados al día en internet, principalmente, utilizando redes sociales.
Vale la pena reflexionar ¿a qué tipo de contenido estamos expuestos?, ¿principalmente lectura?, ¿o mayormente a videos cómicos que se presentan en nuestro feed o memes que llegan a homogeneizar el humor del internauta?
Imaginemos si en vez de ver videos, estilo Badabun, nos conectáramos con información que nos nutra, que nos transporte al conocimiento de personas que han dado su vida por transformar positivamente el entorno en el que han vivido…
En una época en la que carecemos de heroínas que contagien revolución y emanen un verdadero amor por el arte, vale la pena retomar las vidas ilustres de quienes más nos inspiren, en este caso, mujeres como Rosario Castellanos, que al conocer un poco de sus vidas y sus textos, aumentan nuestro acervo cultural y las ganas de superarnos. En esta era digital, digamos sí a la castellanización.
