Nuestro espacio público natural. La clave para un país sustentable
enero 30, 2020Las cifras, los porcentajes y los números duros, en ocasiones nos alientan, nos esperanzan, en otras ocasiones también nos preocupan y muchas veces nos desconsuelan. Digo esto, porque seguramente ha visto o ha escuchado acerca de un estudio, el cual revela que al 78% de los mexicanos le interesa poco o nada el medio ambiente. Esto se debe a que gran parte de la población no cuenta con una educación ambiental efectiva, desconoce el grave impacto ambiental en el que nos encontramos y sus consecuencias.
Le sumemos a todo esto, los escépticos y a los que “todo le echan la culpa al gobierno”, pues una vez más la mayoría de los mexicanos no hemos entendido que nosotros somos los soberanos de nuestros propios recursos naturales, con los que la nación cuenta, los que decidimos en todo momento cómo y en qué aprovecharlos.
Existe un gran desapego por el espacio público natural. Entendiendo como “espacio público natural, el bosque urbano, la playa cercana a la colonia, el río que pasa a un lado de la iglesia del barrio, etc.” Erróneamente se piensa que esos espacios son de unos cuantos, de nadie o del gobierno, y que como no es de nosotros, “puedo hacer con él lo que quiera, porque no es mío o de mi familia”.
Vimos imágenes lamentables en redes sociales, que dicen más que mil palabras, de la destrucción del hábitat de muchas especies animales, a causa de los incendios forestales que sucedieron el año pasado, en el Amazonas, así como los recientes en Australia. Esto da cuenta del grave impacto ambiental, y aunque pensemos que vivimos muy lejos de esos lugares, no debemos entenderlas como emergencias estrictamente locales o problemas que vive un solo país, debemos entenderlo como una problemática global que nos involucra a todos por igual, que tarde o temprano nos pasará la factura.
En México no estamos exentos, pues tan sólo en los primeros cuatro meses del año pasado se incendiaron más de 19,654 hectáreas, según cifras oficiales, algunos de estos en áreas naturales protegidas e incendios de pastizales cerca de la megalópolis y en gran parte del sur del país. Los efectos lo hemos padecido en las grandes ciudades, en donde se han activado casi permanente la contingencia ambiental, por la pésima calidad del aire, que en ocasiones es simplemente irrespirable, ¿nos merecemos esto?
Aunque últimamente se han tomado acciones legislativas y políticas a favor del medio ambiente, como el “Hoy no circula”, la eliminación de las bolsas de plástico en los centros comerciales y su uso en las grandes urbes del país, como en la Ciudad de México, la tarea es un reto enorme, pues aunque esto represente un avance, es poco ante el daño ambiental evidentemente avanzado.
Educar a las nuevas generaciones, en materia de conservación y educación ambiental, debe ser la eterna apuesta de los gobiernos municipales, locales y federal. Los ciudadanos debemos apropiarnos del espacio público natural, contar con una perspectiva moderna desde la sociedad civil enfocada al impulso legislativo a favor de políticas públicas, encaminadas a crear ciudades autosustentables.
De igual manera la austeridad republicana, emprendida desde el gobierno central, por el Presidente López Obrador, en el recorte presupuestal, no debe ser aplicable a todos los sectores, especialmente en materia ambiental, pues eso sería altamente irresponsable, aun más repetir las decisiones del año pasado, cuando a la Comisión Nacional Forestal (Conafor) sufrió con el presupuesto asignado, es entonces ahí el deber del Gobierno Federal y de los gobiernos de los estados, en mantener o en aumentar los recursos para el debido funcionamiento de esta comisión y de sus similares en los estados, ante contingencias naturales que se pudiesen presentar en este 2020. Gracias por leernos, seguiremos escribiendo para usted en la próxima.