Ventana de oportunidad
abril 6, 2020El tiempo apremia, más en tiempos de crisis. En poco tiempo nos enfrentaremos a una de las mayores crisis económicas de la historia, tal vez la de mayor profundidad. Sus efectos ya comienzan a sentirse, aunque creo no hemos dimensionado el tamaño de lo que se viene.
Para enfrentar una crisis sin precedentes necesitaremos medidas de la misma magnitud. Las condiciones del país están cambiando muy rápido, por lo que se debe hacer un nuevo diagnóstico para afrontar las necesidades que tendremos.
El desempleo aumentará, la pobreza también lo hará. La riqueza se concentrará y las oportunidades se reducirán para muchos. También crecerá la delincuencia y la inseguridad. Es un escenario adverso, lo sé. Es difícil estimar la dimensión del problema que tenemos enfrente. Pero lo cierto es que llegará más temprano que tarde.
Aunque a muchos no nos haya gustado, Andrés Manuel tenía un plan para atacar los problemas del país, podíamos coincidir con él o no, pero esa ya no es la discusión. Ahora las circunstancias han cambiado radicalmente, y es por ello que el plan con el que enfrentaremos el futuro próximo debería hacerlo en la misma medida.
El tiempo se acaba y las consecuencias no esperan. Ya las estamos viviendo. Se agota la ventana de oportunidad que tenemos para actuar.
En lo personal, ya he visto a gente perder su empleo y/o verse reducidos sus ingresos, negocios al punto de quiebra cuando apenas estamos al inicio de lo más difícil, adultos mayores trabajando aun sabiendo que son ellos los más vulnerables al COVID-19, que apenas ha comenzado sus estragos, entre tantas cosas.
Es desesperante saber que la peor parte de la crisis no ha llegado. Y es desolador ver que mucha gente sufrirá de manera considerable, sobre todo quienes menos tienen. ¿Cuántos adultos mayores perderán su empleo y se verán imposibilitados de conseguir otro? ¿Cuántos jóvenes no podrán desarrollar sus habilidades por la falta de oportunidades y se verán forzados a aceptar un empleo precario? ¿Cuántas empresas quebrarán y con ello el sustento de muchas familias? Son tiempos de incertidumbre para muchos.
Por eso es necesario tomar medidas de manera inmediata, rehacer el diagnóstico y actuar en consecuencia. Hay demasiado en juego, tanto en lo político como en lo económico.
El Presidente y su equipo se juegan el sexenio completo con las acciones que tomen. Tienen que entender que su aprobación caerá de manera considerable y perderán el control de la agenda pública. Es el desgaste natural de gobernar y también es una consecuencia de la crisis, aunque ésta no sea su culpa. Pero, ¿y eso que importa? Lo preocupante son los miles de jóvenes que pronto buscarán trabajo y no encontrarán alguno. Los adultos mayores que vivirán en condiciones precarias sus últimos años. La inseguridad que aumentará el número de víctimas, más de las que ya lo ha hecho. Y un largo, pero muy largo, etcétera.
La ventana de oportunidad se cierra y con ello aumenta la probabilidad de que las consecuencias sean mayores. Seguimos desconociendo la profundidad de la crisis. También es probable que la pandemia se alargue más de lo que pensamos y deseamos. Al principio se hablaba que los efectos del coronavirus sólo afectarían económicamente el primer trimestre del año, y henos aquí, comenzando el segundo trimestre aun desconociendo el impacto que ha tenido y tendrá a nivel mundial.
Este fin de semana el Gobierno Federal anunció las medidas que tomará en materia económica para enfrentar la crisis. Son insuficientes. No se dimensiona el tamaño del problema, el “shock” que tendrá la oferta y la demanda tendrán una contracción importante en el crecimiento. Esta ha sido una de las últimas oportunidades de este gobierno para retomar el liderazgo y cambiar el rumbo del país. Todavía hay tiempo para rectificar, aunque sinceramente dudo que lo hagan.
Omar Ovalle
Twitter: @ovalle_omar