Claves para entender la crisis del sistema político en México
octubre 30, 2020Por si fuera poco, abonando a la crisis actual del país y del mundo, en diversos sentidos, se experimenta desde antes del 2020 una severa crisis política, especialmente en el tema de las democracias contemporáneas, a partir de 2016 con el precedente de la victoria electoral de Donald J. Trump, del cual el panorama actual aún está por definirse el próximo 3 de noviembre. Y que para América Latina incluyendo nuestro país no es muy alentador el panorama.
En México, por otra parte, tuvimos hace cuestión de unas semanas, los resultados electorales de Hidalgo y Coahuila, estados en los que, a pesar de ser bastiones del PRI, los de Morena emprendieron toda una operación política que les garantizara ocupar escaños traducidos a cuotas de poder, no obstante, de que el PRI ganó varias posiciones, prueba de que no hay garantías de que todo sea carro completo pese a los anhelos de los correligionarios morenistas.
Tan sólo el próximo junio de 2021, será la elección intermedia, clave para garantizar la continuidad del proyecto político del gobierno actual, por lo que empezará toda la parafernalia electoral en los primeros meses del año siguiente, pese a que ya hay preparativos que por ley se realizan desde septiembre u octubre de este año.
Dicho lo anterior, enunciaré algunos puntos que iré retomando en ediciones posteriores, sobre situaciones del sistema político, los partidos y elecciones, que debemos concientizarnos sin caer en visos ideológicos, más bien aspirando a mayor objetividad en lo que iré exponiendo.
En primer lugar, identificaremos las visiones contrastadas entre un sistema político construido con las bases de un partido hegemónico (PRI), contra un partido con tendencias al sectarismo y que hoy en día en medio de la renovación de su dirigencia no hay rumbo claro, ya que su líder ahora asume la titularidad del Poder Ejecutivo, con todo lo que eso conlleva.
Un segundo punto sería la oposición acéfala, tema del que ya he hablado antes, que toma relevancia hoy ante el resurgimiento de Ricardo Anaya como probable contrapeso político a López Obrador, el cuál tiene unos excelentes puntos a debatir, pero que tiene cero credibilidad o autoridad moral ante los antecedentes de corrupción innegables.
Y, por último, el más preocupante, mientras en Estados Unidos se ha discutido el tema de las políticas de identidad, nacionalismo y odio, en México tenemos la creciente polarización política como social, ya he escrito de ella por igual, pero que se complica aún más ante la falta de activismo, participación comunitaria, ciudadana, que es prácticamente nula.
Gildardo Ledesma
Twitter: @gledesmaa24
Imagen: waldryano / pixabay.com