México, Estados Unidos y la política migratoria
junio 3, 2021 Desactivado Por La Opinión deEl presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, acaba de marcar un punto de inflexión respecto a la política migratoria de su antecesor, Donald Trump. El demócrata ha cumplido su promesa de campaña de acabar con las expulsiones a México de los solicitantes de asilo, pese a que en algún momento dejó abierta la posibilidad de mantener esta política tras ordenar que fuera revisada antes de tomar una decisión. Con ello, se pone fin al programa “Quédate en México”, el cual obligaba a los migrantes que demandaban asilo a esperar en el país azteca sus audiencias en los tribunales de migración estadounidenses.
Entre enero 2019 y enero de 2021, 70,000 solicitantes de asilo fueron enviados a México. Esta política, además de generar una crisis en la frontera sur de los Estados Unidos por la llegada masiva de inmigrantes sin documentación, no contribuyó en nada a mitigar las razones que motivan los movimientos migratorios irregulares. En este sentido, desde la Administración Biden se ha subrayado la necesidad de dar un giro a las políticas migratorias con el fin de hacerlas más compatibles con los valores del actual Gobierno.
Desde el pasado 19 de febrero, más de diez mil solicitantes de asilo han podido regresar a Estados Unidos para esperar la resolución de sus casos. No obstante, se trata de un proceso largo, que puede llevar años de espera debido a la saturación de los tribunales de migración. Por el momento, el gobierno se ha comprometido a crear un listado con los casos de inmigración pendientes y a resolverlos en un plazo máximo de 300 días. Asimismo, anunció otros cambios en las leyes y políticas migratorias, aunque no especificó en qué consistirían.
La suspensión de este programa supone un paso importante en el rediseño de las medidas migratorias del actual Gobierno. Sin embargo, la Administración Biden todavía mantiene en vigor algunas de las políticas decretadas por Donald Trump. Por ejemplo, aquella que faculta a las autoridades estadounidenses a expulsar de manera expedita por razones de salud pública a migrantes llegados a la frontera.
Trasformar la política migratoria que dejó su antecesor es todo un desafío para el actual presidente y, por ello, desde la Casa Blanca se ha pedido a los centroamericanos que no intenten llegar a Estados Unidos y que esperen a que se den condiciones óptimas. El objetivo de Biden es incidir sobre las causas que favorecen la migración y tratar de paliarlas, favoreciendo la mejora en las condiciones de vida en los países de origen.
Con este propósito, Estados Unidos se propone fortalecer los lazos diplomáticos tanto con México como con el Triángulo Norte. El primer paso en este sentido se dará esta semana, con el viaje de la vicepresidenta Kamala Harris a México y Guatemala. El propósito de este viaje es conocer las causas que fomentan la diáspora hacia Estados Unidos y discutir con las autoridades mexicanas y guatemaltecas la estrategia a aplicar para detener la inmigración ilegal.
No obstante, para muchos de los expertos en migraciones, es necesario más que un mero acercamiento por parte de los Estados Unidos. Frenar la migración ilegal requiere de la inversión en fondos de desarrollo económico, en controles anticorrupción e incluso de cambios sociodemográficos sólo alcanzables a medio y largo plazo. Veamos si las diferentes partes llegan a posiciones comunes y fijan una estrategia de éxito.
Mélany Barragán
Twitter: @MelanyBarragan7
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