Singapur, un paradigma para el desarrollo
septiembre 13, 2018Singapur es un país relativamente joven y con pequeño territorio, lo podemos definir como una ciudad-Estado situada geográficamente en el sureste asiático; es considerado para muchos estudiosos del fenómeno de la globalización como uno de los ejemplos más fehacientes del éxito de dicho modelo de desarrollo económico.
Singapur tiene características semejantes a las de sus naciones vecinas como Indonesia, Tailandia, Vietnam, Brunei y Malasia, los cuales se pudiera pensar que tienen amplios limitantes al ser islas con escasos recursos naturales, como para sustentar su economía con base a la agricultura, ganadería, o exportación de comodities; sin embargo, al no contar con estos preciados recursos, han apostado por la industria y el desarrollo tecnológico de sus países, tomando como inspiración o referente a Inglaterra, ya que al igual que estos países, es una isla que se enfocó más a crear una sociedad industrializada y abierta al mundo.
A lo largo de 52 años de independencia podemos observar en los indicadores del Producto Interno Bruto (PIB) nominal una serie de vertiginosos momentos de crecimiento económico, como el de 2010 que sobrepasó los 15 puntos porcentuales; y aunque su economía nacional ha sufrido contracciones como las de 1985, 1998, 2001 y 2009, ninguna ha rebasado el 2.5% de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial.
Singapur es uno de los países con los más altos índices de desarrollo humano junto a los países nórdicos de Europa, Suiza, Luxemburgo y Qatar, por mencionar algunos. Singapur es la nación que domina este indicador, superando a Hong Kong y a Japón, que en la década de los noventas encabezaban esta categoría a nivel mundial.
Se han delimitado los logros económicos de Singapur, pero también es importante mencionar sus avances políticos para hacer una valoración más completa de sus pilares reconocidos como éxito internacional. Si bien, hay cuestiones que pueden ser muy debatibles para la sociedad occidental, como la política de cero tolerancias y muerte por corrupción política, éstas fueron las únicas válvulas de escape para acabar con las lacerantes prácticas de su régimen anterior, que dañaban a su sociedad en aquella época. De igual manera, su forma de gobierno es más simplificada, ya que su Parlamento es unicameral, por lo que en la práctica los ministros del gobierno tienen responsabilidad directa con el Parlamento y menor responsabilidad con el Ejecutivo.
Para que nuestro país tenga un cambio sustancial en su forma de gobierno, es fundamental darle más importancia a las cuestiones de eficiencia, productividad, probidad y profesionalismo en el sector público, tomando como base políticas similares a las que llevaron a Singapur, para consolidar un modelo económico en el que la justicia y el Estado de Derecho (para nuestro caso buscando un equilibrio que no violente los derechos humanos) sean la base de la igualdad para el progreso social y la diversidad del libre mercado sea la base del desarrollo económico de este ente nacional.