¡No será sin nosotras!
diciembre 7, 2018Dicen que los símbolos no tienen género, pero se equivocan… sí lo tienen. Con el arranque de un nuevo sexenio, las sorpresas –para bien y para mal– no se hacen esperar; pues a partir del pasado 1º de diciembre se dio a conocer la nueva imagen del “Gobierno de México”.
Dicha imagen se hace acompañar de cinco importantes personajes de la historia de México: José María Morelos y Pavón, Miguel Hidalgo, Benito Juárez, Francisco I. Madero y Lázaro Cárdenas, lo cual se entiende representa parte de la historia de nuestro país: Independencia, Reforma, Revolución y Modernización.
Pero algo reluce en este cuadro, una ausencia que nuevamente se hace presente… una ausencia que duele y que sigue fragmentando a una sociedad por completo, escenarios distintos, pero siempre iguales: las mujeres de nueva cuenta no se ven.
Y no es que no se reconozca el hecho de empezar la administración con un gabinete paritario –eso es digno de mencionarse–, sin embargo, este es un claro ejemplo de la violencia simbólica de género, esa violencia que muchas veces no alcanzamos a percibir, la que se ejerce a través de la NO representación, el lenguaje excluyente y la publicidad que lacera.
En un país como el nuestro, no debe existir espacio para la violencia; como sociedad estamos en la obligación de consolidar avances hacia la igualdad y el respeto; y si bien el peso de la historia ha reivindicado la labor de los hombres en la construcción de México, no ha sido así para sus contemporáneas, como Josefa Ortiz de Domínguez, Leona Vicario, Elvira Carrillo Puerto, entre muchas otras más.
Pues al no reflejar su imagen, también estamos desconociendo parte de nuestra historia; dejamos de lado el año de 1947 y el reconocimiento del derecho al voto de las mujeres, lo que dio pie a que se expidiera la reforma a los artículos 34 y 115 constitucionales para reconocer, seis años después, la plenitud de los derechos políticos de las mexicanas y consolidó la elección de la primera diputada federal en 1954, y 25 años después, tener a la primera gobernadora: Griselda Álvarez Ponce de León.
También estoy segura que muchas mujeres participaron en el Constituyente de 1917, pero entonces no tenían ni voz ni voto ni visibilidad… ejemplo claro es Hermila Galindo, mujer excepcional que fue la primera taquimecanógrafa de profesión, gran oradora, asesora del presidente Carranza y pieza clave en la redacción del texto constitucional más importante de nuestra historia. El trabajo en el anonimato, de mujeres como ella, pavimentó el inacabado camino de la igualdad.
Hace 64 años, Aurora Jiménez cruzó por primera vez la puerta de la Cámara de las y los Diputados para convertirse en la primera diputada federal en nuestro país; enfrentando las resistentes barreras de la desigualdad que “al parecer” aún no hemos logrado desmantelar.
Por eso, hoy lo gritamos fuerte y claro: Viva Gertrudis Bocanegra, María Ignacia “La Güera” Rodríguez, Manuela Medina, Mariana Rodríguez del Toro… ¡Vivan todas esas mujeres insurgentes que también nos dieron Patria!
Durante años hemos conquistado luchas, ganado el reconocimiento a nuestros derechos, logrado marcos jurídicos progresistas y, por supuesto, hemos tenido una contribución sustantiva en la construcción de la historia de México.
¡Sépanlo!… Seguiremos haciendo visible lo invisible. Esta vez ¡no será sin nosotras!