El desprecio por todo
febrero 25, 2019Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no sólo repudia a las instituciones y a las leyes de nuestro país; también es el mal ejemplo para su gabinete, gente cercana y pueblo en general. En 2006, cuando AMLO “rindió protesta” como “presidente legítimo”, en su discurso en el zócalo capitalino dijo “al diablo con las sus instituciones”, lo cual ha demostrado en cada uno de sus actos o decisiones.
López Obrador desprecia al Poder Legislativo, cuando éste no cumple sus caprichos; desdeña al Poder Judicial, porque no tiene control sobre él y sus decisiones; menosprecia a los organismos constitucionales autónomos, porque cuestionan y limitan su poder; injuria a los medios de comunicación que se atreven a exhibir la hipocresía de la administración lopezobradorista, lo mínimo que se espera de ellos en una democracia; insulta a la sociedad organizada, porque combate su autoritarismo; y humilla a todo aquel que se atreve a hacerle frente.
Si la norma no cumple con sus deseos, ordena que se cambie; el desdén por las leyes, cuando éstas no se alinean a sus desvaríos, es una constante, las viola de manera reiterada y sistemática, pero no recibe sanción por sus actos u omisiones.
Como ejemplo está la Ley sobre el Escudo, la Bandera y el Himno Nacionales, que establece en el artículo 14 que “El saludo civil a la Bandera Nacional se hará en posición de firme, colocando la mano derecha extendida sobre el pecho, con la palma hacia abajo, a la altura del corazón. Los varones saludarán, además con la cabeza descubierta. El Presidente de la República, como Jefe Supremo de las fuerzas armadas, la saludará militarmente”; sin embargo, el Presidente, su esposa y sus allegados no saludan al Lábaro Patrio.
Podrá ser porque su religión se lo prohíbe, pero el propio Andrés Manuel, el 1 de diciembre de 2018, en su evento en el zócalo, dijo: “yo ya no me pertenezco, soy de ustedes”. Como Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y como Primer Mandatario de una República representativa, democrática, laica y federal, el Presidente de los Estados Unidos Mexicanos debe dejar para la vida privada sus creencias religiosas y convertirse en un verdadero representante de la Nación.
Benito Juárez, el modelo a seguir por el Presidente, decía que “los gobiernos civiles no deben tener religión, porque siendo su deber proteger imparcialmente la libertad que los gobernados tienen de seguir y practicar la religión que gusten adoptar, no llenarían fielmente ese deber si fueran sectarios de alguna”; AMLO debería seguir sus enseñanzas, sino estaría demostrando que sólo lo utiliza como instrumento propagandístico del régimen.
LA CUADRATURA
Y en los Óscares políticos, el premio a la mejor película de ciencia ficción es para la Transformación de cuarta, escrita, dirigida y actuada por López Obrador.