El que siembra vientos, cosecha tempestades

El que siembra vientos, cosecha tempestades

mayo 6, 2019 Desactivado Por La Opinión de

El descontento social hacía la administración lopezobradorista va en aumento. Se palpa a diario en las redes sociales –calificadas por el entonces candidato y hoy Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), como “benditas redes sociales”–, en los medios de comunicación críticos, en el entorno internacional y de manera fundamental en las calles y en el día a día de los mexicanos.

El Presidente, desde siempre, ha polarizado a la sociedad. Le convenía como opositor, para mantener el resentimiento de una parte de la sociedad, el cual iba en aumento. Le conviene ahora, porque desde el poder azuza a sus seguidores, con un simple comentario desde su conferencia mañanera: “si se pasan, ya ven los que pasa –les advierte a los medios– y no soy yo, es la gente”. Divide, para fortalecerse; radicaliza a la sociedad, para que sus incondicionales se mantengan leales y salgan en su defensa, ante la más mínima provocación.

Nadie puso en duda su victoria, se reconoció su triunfo en las elecciones de 2018, no sólo porque se encontraba sustentado en más de 30 millones de votos, sino por el sistema democrático que nos ha costado décadas perfeccionar; sin embargo, con la legitimidad y la fuerza de este bono democrático ha continuado con la división de la sociedad: el pueblo bueno y sabio son los que lo siguen, le dan la razón y le aplauden todo, aunque a veces (muchas) no la tenga. Por otra parte, quienes lo cuestionan y critican, con o sin fundamento, son catalogados –siempre “con todo respeto”– como: conservadores, fifís, cajamanes, traidores, mezquinos, fantoches, hipócritas, doble cara y una lista interminable de calificativos.

Gabriel Zaid, poeta y ensayista, publicó un texto titulado AMLO poeta, en la revista Letras Libres, el 25 junio 2018, en el cual hace una recopilación de insultos que el tabasqueño ha utilizado para descalificar a sus oponentes.

“Las personas que insultan suelen tener un repertorio limitado y repetitivo. No AMLO. Es un artista del insulto, del desprecio, de la descalificación. Su creatividad en el uso de adjetivos, apodos y latigazos de lexicógrafo llama la atención”, dice Zaid.

Pero el que siembra vientos, cosecha tempestades; han sido tantos los agravios y las injurias por parte del Presidente hacia quienes no piensan como él, que la sociedad también se cansa. México, como nación, exige un Jefe de Estado o al menos un Jefe de Gobierno, pero el Presidente se ha empeñado es ser líder de partido y jefe de camarilla, eso sí con todo el poder del Estado.

Invoca la democracia sólo en términos retóricos, pero no le gustan las opiniones que no coinciden con las suyas, le desagrada la sociedad organizada, desprecia a las instituciones que contribuyen a su perfeccionamiento. No es un hombre de Estado.

La marcha del silencio resulta relevante, no por el número de personas que salieron a las calles a protestar contra el Presidente, sino porque es un movimiento organizado por la sociedad civil, que él desprecia –“los pirrurris” les decía cuando fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal–, y sólo van 5 meses de su gobierno.

LA CUADRATURA

¿Citlali Ibáñez Camacho, alias Yeidckol Polevnsky, es lo mejorcito que tienen en Morena, para ocupar la presidencia del partido?

Alberto Lugo Ledesma

Réplicas