La politización de la cultura

La politización de la cultura

junio 1, 2019 Desactivado Por La Opinión de

En enero pasado, durante la XXX Reunión de Embajadores y Cónsules 2019, se informó sobre la creación del Consejo de Diplomacia Cultural de México, cuya finalidad será impulsar la presencia de la cultura mexicana, a través de las representaciones diplomáticas. Alejandra Fausto, Secretaria de Cultura federal, anunció que dicho organismo estará conformado por integrantes de las diferentes disciplinas y comunidades del país, así como por los titulares de Cultura y Relaciones Exteriores.

Mediante seis ejes, el nuevo Consejo comenzará a trabajar para reconfigurar simbólicamente a México en el mundo. Estará dirigido por un grupo de expertos que fueron seleccionados por la titular de Cultura y el canciller Marcelo Ebrard, enfatizando que no será un órgano burocrático, sino de consulta; sin embargo, el canciller mexicano afirmó que desde la campaña de la nueva administración se recibieron propuestas para modificar el eje principal del país: pasar del eje comercial y el intercambio de mercancías a un eje cultural.

Lo que muestra esta iniciativa es lo que ya se venía especulando y que el Presidente López Obrador anunció, el fin del neoliberalismo económico, para ser sustituido, según el propio gobierno, por la temática cultural. Lo que significa, la politización de la misma, pues será utilizada con tintes partidarios y hacia beneficio de ellos.

Según la propuesta, no será un órgano burocrático, pero en la realidad no solo lo será, sino que tendrá una gran importancia y fuerza ideológica que impactará directamente en el electorado, pues el órgano nace desde el interior del Estado, será designado por él y los titulares de dependencias tomarán decisiones importantes sobre el mismo. No dejará espacio a la llegada y participación de elementos ajenos al aparato estatal en la promoción de la cultura o, por lo menos, será demasiado difícil.

Por otro lado, el simple hecho de transformar la cultura en el eje central y primordial de la política estatal durante el sexenio actual, desplazando al intercambio de mercancías, es el signo más claro de que la cultura se ha convertido también, en una cuestión de política y burocracia. Es verdad que el país es, por su propia naturaleza e historia, un cúmulo de riquezas culturales que se expresan de diferente forma día a día, sin embargo, esa cultura no está ni se encuentra dentro del Estado, pues éste solo está encargado de velar por ella y propagarla, no de determinarla.

Emmanuel Legorreta Rangel

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