La República del Chad y los retos regionales de África Occidental

La República del Chad y los retos regionales de África Occidental

julio 17, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Aunque durante la última década la situación en República del Chad se ha mantenido estable, existen amenazas tanto a nivel interno como externo, que representan un riesgo para la estabilidad regional. A nivel interno, los retos están principalmente relacionados con la volatilidad de su moneda, el flujo migratorio y la oposición política. Con respecto al exterior, Chad se encuentra constantemente acechado por las crisis de sus vecinos como Libia, Sudán, Sudan del Sur, la República Centroafricana y la región del Sahel, haciendo que sus fronteras sean mucho más frágiles.

Tomando en cuenta el papel estratégico del Chad a nivel regional, no solo por su ubicación, sino también por su influencia política después de varios años de guerra civil, es importante destacar las acciones tomadas por dicho país, en aras de la consolidación de la paz en la región. En este sentido, Chad no solo es el segundo mayor contribuyente de tropas a la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) de las Naciones Unidas; también es miembro activo de la Fuerza de Tarea Conjunta Multinacional que lucha contra el grupo terrorista Boko Haram, y miembro fundador de la Fuerza Común G5 del Sahel, establecida por Burkina Faso, Mali, Mauritania y Níger que hace frente al terrorismo, la delincuencia organizada transnacional y la trata de personas en el Sahel.

Debido a la inestabilidad regional, Chad se ha caracterizado durante los últimos años por ser un país de acogida, albergando a más de 451 mil refugiados de países vecinos (aproximadamente 340 mil provenientes de Darfur, 100 mil de la República Centroafricana y 11 mil de Nigeria, sin contar los 121 mil desplazados internos). En un contexto de subdesarrollo y de acceso insuficiente a servicios básicos de salud, educación y agua, los desplazamientos aumentan el riesgo de las tensiones entre las comunidades de acogida y de las desplazadas. Aunado a esto, la ausencia de infraestructura básica, el calentamiento global y el rápido incremento de la población y la inseguridad en los países vecinos, son focos rojos que deben de ser atendidos de manera inmediata, para evitar una escalada violenta en la región.

Sin lugar a dudas, la consolidación de la paz en Chad es un imperativo para el desarrollo y el crecimiento, después de décadas de guerra civil. En este sentido, es necesario redoblar las alianzas regionales y subregionales, así como con organizaciones no gubernamentales y con la sociedad civil, para asegurar, de una manera coordinada y coherente, que la paz se consolide y se erradiquen los nuevos riesgos, incluidos los relacionados con el extremismo

Oscar Encinas Madrid

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