Hasta que la realidad alcance a AMLO
septiembre 3, 2019La pregunta que me planteo después del primer/tercer informe de gobierno es ¿en qué momento la realidad va a alcanzar la narrativa del Presidente? El Presidente sigue en campaña y sigue en campaña porque busca que su proyecto, Morena, se vuelva un partido hegemónico en el largo plazo. Seguramente reconoce que la única forma en que eso pueda volverse una realidad es a partir de no dejar el liderazgo o el cacicazgo de su movimiento. Morena no es un partido institucionalizado, es una serie de individuos cuyo único hilo conductor, lo único que los mantiene unidos, es estar a la sombra de Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Así como el PRD se desvaneció, tras las salidas de Cuauhtémoc Cárdenas y del propio AMLO, porque nunca pudo manejar sus tribus internas de cara a la institucionalización del partido, una vez terminada la presidencia de López Obrador, Morena se quedará con sus tribus internas, peleando por el poder, sin tener ninguna figura fuerte alrededor de la cual agruparse. Morena habrá de desaparecer sin AMLO.
Lo que busca el Presidente, con su narrativa, es crear en el inconsciente popular la idea de que solo Morena puede cambiar al país. No busca institucionalizar al partido, como no lo quiso hacer en el PRD, busca generar un partido fuerte al estilo priista de antaño. Lo que no quiere ver AMLO es que hasta el propio PRI se institucionalizó como mecanismo de sobrevivencia. AMLO, en cambio, manda al diablo a las instituciones.
Esta narrativa que busca seguir posicionando a Morena a través de ideas, pero sin contenido, es lo que pareciera indicar que el Presidente está viviendo una realidad alterna. Dentro de esta narrativa igual no importan las expectativas de crecimiento del PIB, a la baja desde que tomó posesión de la presidencia, o a los delincuentes se les pide que por favor se porten bien, en lugar de prevenir, investigar y castigar. A la Policía Federal se le ningunea, mientras que el Ejército se le ensalza; lo cual no es bueno en un país que jamás ha visto ni queremos ver una dictadura militar. Y los gobernadores del partido oficialista pueden ampliar su mandato sin consecuencias, violando claramente la democracia.
El lopezobradorismo no está ofreciendo una mejor versión de país. No hay mejores salarios ni mejores prestaciones. La cancelación de proyectos prioritarios merma la productividad (ya de por sí baja) del país. La inversión se ha detenido y aunque no estemos ya en una recesión, todo parece indicar que estaremos en una en el corto plazo. No se ha podido realizar una contención de la violencia, la Guardia Nacional es un proyecto sin pies ni cabeza y es preocupante la intención del gobierno de negociar con grupos criminales.
En algún momento, ignoro cuándo, la realidad alcanzará la narrativa que se formó y se forma a diario el Presidente. Ese día quizá comprenda que debió haber buscado el camino institucional para gobernar el país y para hacer de Morena un verdadero partido político, y no haber dependido de su figura, de su cacicazgo.