El Grito y la construcción de imaginarios colectivos

El Grito y la construcción de imaginarios colectivos

septiembre 19, 2019 Desactivado Por La Opinión de

“¡Mexicanas y mexicanos, viva la Independencia, viva Miguel Hidalgo y Costilla, viva José María Morelos y Pavón, viva José Ortiz de Domínguez, viva Ignacio Allende, viva Leona Vicario, vivan las madres y los padres de nuestra patria, vivan los héroes anónimos, viva el heroico pueblo de México, vivan las comunidades indígenas, viva la libertad, viva la justicia, viva la democracia, viva nuestra soberanía, viva la fraternidad universal, viva la paz, viva la grandeza cultural de México, viva México, viva México, viva México!” Con estas palabras el Presidente Andrés Manuel López Obrador encabezó su primera ceremonia del Grito por la Independencia de México, desde que asumiera su cargo el pasado 1 de diciembre.

Con esta ceremonia se celebraban los 209 años del llamado del cura Miguel Hidalgo y Costilla, quien, según la historiografía oficial, en la mañana del 16 de septiembre de 1810 invitó a los feligreses a la rebelión para que se levantaran en armas contra España. Para ello, tocó una de las campanas de la Parroquia del Pueblo de Dolores, hoy Dolores Hidalgo, Guanajuato. España se encontraba sumida en su Guerra de la Independencia tras la invasión de las tropas napoleónicas, lo que provocó la instauración de juntas de gobierno –tanto en la península Ibérica como en los territorios americanos–, que ejercían la soberanía en nombre del abdicado rey Fernando VII. La resistencia de las juntas americanas a someterse a todos los gobiernos formados en España radicalizó las posiciones y generó guerras civiles entre realistas y patriotas. Como resultado, a partir de 1810 diferentes territorios americanos comenzaron a declararse estados nacionales independientes, dando lugar a una reconfiguración del continente.

Con el Grito se inicia una nueva etapa en la historia de México, pero también lo hace la construcción de un nuevo imaginario colectivo y una narrativa nacional. Y es que, México, al igual que en el resto de Estados, tiene una historia que ha sido leída y releída desde diferentes miradas en función del contexto histórico, los actores y los gobiernos de turno. Pese a la relevancia y simbología del acontecimiento, existen discrepancias entre los historiadores sobre lo que verdaderamente aconteció y también algunas sombras.

Durante mucho tiempo la fecha del Grito fue motivo de discusión. También las palabras que se pronunciaron son motivo de discrepancias. Pese a que prácticamente se tiene la certeza de que lo que gritó Hidalgo fue “muera el mal gobierno” –en referencia a la invasión de los franceses en España–, “viva Fernando VII” y “viva la santa religión”, cada Presidente ha acomodado el Grito a sus circunstancias. Así, el actual “Viva México” nunca fue pronunciado por Hidalgo, entre otras razones porque no existía como tal. Asimismo, tampoco hay consenso sobre si los héroes de la independencia reclamaron la emancipación completa del territorio o simplemente más autonomía y libertad para los criollos.

En cualquier caso, y más allá del interés que suscitan las diferentes interpretaciones de la historia, resulta muy estimulante leer el pasado de un Estado o nación desde una perspectiva crítica que incluya el uso del pasado por parte del poder político. Pensar en cómo evoluciona o muta el discurso, o en cómo se reconfiguran los imaginarios colectivos. Falsos mitos, sombras y elucubraciones forman una compleja amalgama que convierte en dinámicas nociones como la identidad, el colectivo o la nación.

Mélany Barragán

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