¿Pero qué necesidad?
septiembre 24, 2019Sí, es el titulo de una canción de los máximos cantautores que hemos tenido en México: Juan Gabriel, pero también es la pregunta que a diario nos podríamos hacer los mexicanos, independientemente de si somos amas de casa, estudiantes, obreros, periodistas o políticos.
¿Qué necesidad tiene hoy día México? ¿Hacia dónde vamos? ¿Cuáles son las políticas públicas que necesitamos? ¿Qué tipo de propuestas programáticas debemos seguir? Si a la primera de esas preguntas no tenemos respuesta, mucho menos a las siguientes.
En Asia dan batallas campales todos los días para llegar a ser y/o consolidarse como las principales economías; en África se esfuerzan por dejar atrás los altos niveles de hambruna y mejorar la salud de los infantes; en Europa, por mantener la fuerza de la Unión Europea y prolongar un periodo sin importantes conflictos bélicos; y en Estados Unidos buscan el camino para mantenerse como el modelo hegemónico social y económico.
¿Pero en América Latina qué? ¿En América Latina hacia dónde vamos avanzando y para qué? Más preciso: en México ¿qué estamos buscando? ¿Qué necesidad(es) queremos solventar?
No parece que haya una senda clara hacia dónde queramos ir y quizá la respuesta a ello es que ni siquiera hemos sido capaces de identificar qué necesidades tenemos.
No tenemos un plan de educación concreto, únicamente reformas y contrarreformas que no hacen más que inmovilizarnos. En materia de salud se ha echado para atrás un programa, que inclusive con deficiencias se venía fortaleciendo desde el 2000. Sobre la seguridad pública hoy desconocemos el rol que juegan las principales fuerzas del orden: policías municipales, estatales, federales, el Ejército, la Marina, y ahora la Guarda Nacional. Si hablamos de democracia, e intentamos ver cómo hemos avanzado en los últimos años, es evidente que se han dado pasos para adelante y para atrás, así lo demuestran los informes de Freedom House que hoy nos califica con 63 puntos de 100, a ello se le pueden añadir conflictos postelectorales como los de Puebla y Baja California que han dejado un panorama gris; con referencia a desarrollo social, tanto en las entidades federativas como a nivel nacional, la columna vertebral consiste en programas y dádivas clientelares; de esta manera es posible seguir hilando rubro por rubro.
En conclusión: ni los últimos gobiernos federales ni los de cada entidad han sabido cuáles son las principales necesidades de los ciudadanos, y no de los ciudadanos como un ente aislado, sino como los habitantes y fuerza de trabajo de un país que debería buscar avanzar a partir de sus oportunidades, pero también de la puntual identificación de sus debilidades, problemas y prioridades. Hoy se desconocen las dosis que el gobierno debe apostar a cada rubro para comenzar a andar hacia una nueva etapa, pues en la actual ya nos excedimos unos cuantos años.