La segunda ola del electorado indignado
octubre 29, 2019El fenómeno del electorado indignado, que fue factor decisivo en elecciones por todo el orbe desde mediados de esta década, sigue en pie de lucha, ahora en forma de manifestaciones –algunas violentas– igual en Bagdad, Puerto Príncipe que en Santiago. Y aunque el origen de cada una de las movilizaciones que hoy hay en el mundo sea distinto, su común denominador es que han evolucionado hacia pedir transformaciones económicas profundas. Podemos ver de forma muy marcada en Chile –por ejemplo– manifestaciones contra el neoliberalismo. Pero no es solo contra las políticas neoliberales implementadas en estos países, esto tiene que ver con que estas políticas no han acortado las brechas de desigualdad. Así, los manifestantes se sienten ajenos a los beneficios logrados por el libre comercio y la globalización.
Y por supuesto que estas manifestaciones tienen el potencial de, por un lado, expandirse a otros países y, por el otro, de seguir generando cambios de régimen y gobiernos sorpresivos. Así como en su momento surgieron partidos de corte populista que recogían las inquietudes de la primera oleada de este electorado indignado, esta segunda ola de movilizaciones podría traer como consecuencia no solo la caída de gobiernos, sino la aparición de partidos tanto de extrema derecha como de izquierda en países que tradicionalmente habían sido ajenos a estas posiciones políticas; como sucedió en Brasil.
Sin duda, en México, este electorado indignado fue factor decisivo para el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en las pasadas elecciones. Si bien en México no han tenido lugar manifestaciones del tamaño y proporciones que en el resto del mundo, Morena fue el partido que logró alzarse con la bandera del cambio en un país con grandes desigualdades y con una larga historia de gobiernos corruptos y –así– capitalizar a este electorado indignado.
Lo que vemos, sin embargo, es que el electorado no está dispuesto a esperar por los cambios. Después de las desastrosas administraciones kirchneristas en Argentina, el electorado votó por un cambio con Mauricio Macri. No obstante, los lentos cambios del gobierno de Macri para recomponer el país hicieron que el electorado le volviera a dar la victoria el kirchnerismo.
Esta es una gran lección para Morena. El electorado no está dispuesto a esperar por los cambios que acorten las brechas de desigualdad. Lo mismo apoya expresiones políticas nuevas que regresa a los partidos tradicionales, como sucedió en España. El electorado en México tampoco habrá de esperar que el gobierno lopezobradorista genere cambios profundos, que fue la razón por la cual lo favorecieron en las votaciones. Hoy vemos con claridad que no cumplir promesas de campaña es el principal polvorín para detonar manifestaciones multitudinarias por todo el mundo. Si el gobierno de López Obrador no genera resultados en la reducción de la desigualdad en México, podríamos ver manifestaciones de este calado antes del final de su sexenio en nuestro país.