Los españoles son llamados a las urnas… de nuevo
noviembre 7, 2019 Desactivado Por La Opinión deLos ciudadanos españoles están convocados a acudir a las urnas el próximo diez de noviembre para elecciones generales. Se trata de los cuartos comicios en cuatro años y evidencian la incapacidad del actual Presidente en funciones, Pedro Sánchez, para llegar a un pacto de gobierno después de haber obtenido la lista más votada en las pasadas elecciones de abril. Los españoles acuden a las urnas en un contexto de fragmentación política, fuertes tensiones por el proceso catalán y un amplio rechazo de la ciudadanía hacia las élites. Como telón de fondo, la crisis económica aún no superada.
De acuerdo con los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en su estudio preelectoral de octubre de 2018, el principal problema para los españoles es el desempleo, con un porcentaje del 33.3%. Después de más de una década de recesión, la crisis aún golpea a los españoles y los estándares de vida previos a la depresión económica aún no han sido recuperados. De hecho, los datos son preocupantes: España cuenta con la segunda tasa de desempleo más elevada de la Unión Europea, con un 14% de parados. Sólo Grecia le supera con un 17%.
El desempleo es un problema estructural en España. Así, antes de la crisis existía una población desempleada que rondaba el 10%. No obstante, a partir de 2008 la tasa de desempleo adoptó una trayectoria ascendente, llegando a su punto máximo en 2013 con un 25.7% de parados. La tendencia se revirtió a partir de ese año, pero aun así ha sido imposible recuperar los valores previos a la crisis. Como efectos colaterales, España mantiene al día de hoy una tasa de pobreza del 6.9%, la cual prácticamente duplica el promedio de la Unión Europea (3.5%).
El segundo problema que preocupa a los españoles son los partidos y líderes políticos (19.7%). De hecho, es una cuestión que va en ascenso ya que en mayo de 2019 el porcentaje era del 13.1%. Este aumento del descontento ciudadano responde, en parte, al rechazo por parte de los ciudadanos a celebrar unas nuevas elecciones. De hecho, el 22% de los encuestados que manifiestan su intención de no ir a votar justifican su elección por esta causa.
No obstante, la cuestión más candente en la política española al día de hoy parece ser el tema catalán. El país parece más fracturado que nunca en su historia reciente y el conflicto en Cataluña llena titulares, dividiendo tanto a élites como a votantes. De acuerdo con el Centro de Opinión Pública de Cataluña, en junio de 2019 el 34.5% de la sociedad catalana apoyaba la independencia, mientras que el 24.5% apoyaba la solución federal. El resto de encuestados se mostraban a favor de mantener a Cataluña como una región o comunidad autónoma dentro de España. A la pregunta concreta de si apoyarían la independencia, el 44% respondió que sí. Esto supone un descenso en el apoyo a la causa independentista, que logró el máximo grado de apoyo en octubre de 2017 con un porcentaje del 48.7%.
Sin embargo, el descenso en el apoyo a la independencia no se ha traducido en un descenso de la conflictividad social. Tras la sentencia judicial contra los implicados en el proceso de independencia, publicada en octubre de 2019, un estallido de violencia estalló en las calles. El resultado fue más de 600 heridos, 200 arrestados, 28 presos y daños materiales que exceden los 2.5 millones de euros.
La sociedad está fragmentada, al igual que lo está la élite política. En la actualidad, de los 135 escaños del Parlamento Catalán, 70 están ocupados por partidos proindependentistas, 57 por antiindependentistas y 8 por diputados no alineados. En la política nacional también es evidente la tensión y fragmentación. La oposición al Presidente en funciones acusa a Sánchez de pactar con los separatistas para llegar al poder y algunas fuerzas políticas reclaman la supresión de la autonomía catalana.
Respecto a la corrupción, el citado estudio del CIS subraya que sólo es un problema prioritario para el 6.9% de los encuestados. No obstante, ello no es óbice para considerarlo un tema relevante. De acuerdo con los datos de Transparencia Internacional, España cuenta con una puntuación de 58 sobre 100 en términos de percepción de corrupción y ocupa el puesto 41 en su ranking mundial.
Por último, la exhumación de los restos mortales del dictador Francisco Franco también ha sido introducida en el debate en las semanas previas a las elecciones. Aprobada por el Congreso de los Diputados el pasado 13 de septiembre de 2018, ha despertado las críticas de Vox y PP, a la par que ha sido señalada por algunos como una estrategia electoralista.
Todos estos temas y la tensión latente llevan a los españoles a afrontar las nuevas elecciones entre la apatía y el descontento. Por su parte, las élites se encuentran fragmentadas y necesitan buscar aliados y acuerdos que permitan la viabilidad de un gobierno. Y es que el hecho de ir a unas quintas elecciones parece no ser un escenario deseable para una sociedad cada vez más desafecta y crítica con sus élites.