Presidente: su incompetencia mata

Presidente: su incompetencia mata

noviembre 8, 2019 Desactivado Por La Opinión de

Ciudad de México, 8 de noviembre de 2019

Señor Presidente:

Nunca voté por usted. Si en 2006 me preocupó su incontrolable visceralidad, en 2012 me desconcertó su bipolaridad; ya para 2018 era más que evidente su obsesión por llegar al poder, y vaya que lo consiguió a punta de terquedades, presidencias “(i)legítimas”, manifestaciones y hasta bloqueos indefinidos sobre Paseo de la Reforma.

Reconozco en usted esa popular frase en cuanto a que “el que persevera alcanza”, aunque lamentablemente haya alcanzado su más preciada meta con base en años y años de resentimiento personal que han terminado por dividir a todo el país en lo que considera moral e inmoral, en transformadores y conservadores, o en “chairos” y “fifís” como pregonan las redes sociales.

Sin embargo, lo que más me alarma hoy de usted es su incompetencia, su incapacidad por asumir la enorme responsabilidad que se le confirió hace un año. México, una vez más, se está tiñendo de sangre a pasos agigantados y en tiempo récord: ahí está la fallida estrategia de seguridad del ahora llamado “Culiacanazo”, en el que el Estado mexicano se vio totalmente superado por el crimen organizado; ahí está la atroz y vergonzosa tragedia de la familia LeBarón, en la que su Gobierno tuvo la torpe osadía de argumentar una posible confusión de los delincuentes.

¿Cuántas muertes más a manos del crimen se necesitarán para que usted reaccione y se haga responsable? ¿Se ha dado cuenta de que perder el tiempo en buscar culpables dentro de su equipo o no hacer frente al problema de inseguridad mata? Sí, su pasividad, sus mensajes distractores en las mañaneras, así como su profunda ignorancia de diversos temas estructurales que urgen resolverse en el país nos están matando, literalmente. ¿Qué a usted no le da miedo que alguno de sus seres queridos pase a formar parte de las indolentes estadísticas de ejecutados?

Prácticamente desde el día uno de su Gobierno usted prometió pacificar a México, y ahora nos solicita darle un año más para combatir la inseguridad. ¿Sabe cuál es el problema? Usted se enfocó en llegar a la silla presidencial, y desde ahí sus prioridades han cambiado. ¿Sabe cuál es el problema? Usted también se comporta igual que un mal jefe de empresa: culpa a los demás de sus malas decisiones y se victimiza para salir más o menos bien librado del apuro del momento. ¿Sabe cuál es el problema? Que al solicitarnos un año más para resolver esto existen 365 días que nos separan para ver resultados tangibles, y mientras tanto la probabilidad de que seamos asesinados en cada uno de esos días es alta, muy alta.

En suma, ¿cómo debo llamarle a partir de ahora? ¿Señor Presidente o Señor López Obrador? Porque el título de Jefe de Estado puede ganarse con una elección, pero se puede perder ante una persona que se hace llamar líder, pero que no es líder porque es cobarde, porque no se inviste con la vehemencia, la inteligencia y la valentía que un cargo tan honorable requiere. Creo que su presunto amor por México se está convirtiendo en una mentira para satisfacer sus delirios megalómanos: alguien que ama este país no se queda pasmado ante la infamia. Señor López Obrador: nunca voté por usted y me enorgullezco de no haberlo hecho. Desgraciadamente, hoy es demasiado tarde para que los mexicanos aspiremos a alguien mejor.

Respetuosamente,

Bernardo Ramírez López

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