La ingenuidad del Presidente
noviembre 12, 2019 Desactivado Por La Opinión deLa violencia ejercida por el crimen organizado en México está fuera de control. No solo los grupos criminales lograron doblegar al Estado cuando se intentó detener a Ovidio Guzmán, sino que con premeditación y ventaja atacaron cobardemente a la familia LeBarón. La saña de esa emboscada en Bavispe, Sonora, no puede ser casualidad ni una confusión. Como lo dijo Adrián LeBarón durante los funerales de sus familiares, el crimen organizado quería mandar un mensaje. Tampoco pudo ser coincidencia que justamente atacaran a una familia con doble nacionalidad, sabían de antemano la reacción que esto traería del gobierno estadounidense.
Y si esto no fuera suficiente, Ciudad Juárez está viviendo una ola de violencia que nos recuerda los peores momentos de inseguridad de esta ciudad fronteriza. Ya suman 1,300 homicidios en lo que va del año. Y no solo eso, sino que cerca de 40 vehículos han sido incendiados en la última semana, a veces con ocupantes dentro de ellos. Asimismo, se han contabilizado más de 30 ejecuciones en los últimos días.
Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, de enero a septiembre de este año se registraron 33,359 homicidios, 311 más que en el mismo periodo de 2018. Según las tendencias, todo parece indicar que éste será el año más violento desde que tenemos estadísticas.
Y ante todo esto, el Presidente López Obrador señaló que no cambiará su estrategia de seguridad. Indicó que su estrategia se basa en que a través de programas sociales se evitará que más personas se adhieran a las filas del crimen. Eso no puede ser una estrategia. La prevención de la comisión de delitos solo es una parte de una estrategia integral de combate al crimen, sobre todo, al crimen organizado. Esta supuesta estrategia pasa por alto cómo funcionan los mercados ilegales, donde la violencia y la corrupción son parte elemental para que sigan operando.
Así, el crimen organizado no solo capta personas voluntariamente, también coopta a personas a través de la corrupción y la violencia. Es muy común que la cooptación del Estado se haga –precisamente– a través de métodos violentos contra funcionarios o candidatos a puestos de elección popular. Entonces no basta con que “el pueblo” obtenga beneficios de programas sociales para que no se adhieran al crimen organizado. Sino que se requieren estrategias integrales que garanticen el Estado de Derecho y la seguridad de quienes son susceptibles a ser amenazados para integrarse a grupos criminales.
Mientras que el gobierno lopezobradorista no ejerza el uso legítimo de la violencia contra aquellos que atentan contra la sobrevivencia del propio Estado y contra los mexicanos, demostrando la superioridad del gobierno frente al crimen organizado, los criminales seguirán ejerciendo estos niveles de violencia. La estrategia del Presidente es ingenua. Meremos un gobierno que implemente acciones integrales: preventivas, reactivas, contra el lavado de dinero y de reinserción social, contra los criminales.