La pluralidad también es responsabilidad de la oposición

La pluralidad también es responsabilidad de la oposición

diciembre 10, 2019 Desactivado Por La Opinión de

“Pluralismo significa asumir que vivimos en sociedades
donde coexisten distintas concepciones
sobre lo que es bueno y lo que es malo”.
Salvador Paniker

Hay quienes ven en el actual Gobierno federal un hambre excesiva de poder, al punto de tener miedo de volver a la era de un sistema político de partido hegemónico y régimen autoritario, que haga que la función del resto de partidos sólo sea funcionar como satélites y adornar de manera legal un escenario de partidos sin capacidad de competir, ni de tener voz verdadera.

Sin embargo, ello no solamente es reflejo de la unilateralidad y poca tolerancia del hoy Presidente y sus aliados, también es responsabilidad de una oposición que, por decirlo mínimamente, está adormecida a falta de una estrategia, pues para tener estrategia primero se necesitan ideas y éstas tampoco se hacen evidentes. Hay quien afirma que la oposición, y los partidos tradicionales que nos acompañaron durante el proceso de democratización del país, se encuentran aún avasallados por la derrota que representó el 2018. No comparto dicha opinión, pues si bien no en las magnitudes dadas, el de julio del 2018 era un resultado que hasta el más optimista de cada uno de sus partidos veía venir, asimismo tampoco coincido en que sea la derrota más representativa de los partidos tradicionales, pues si bien cuantitativamente dicha debacle fue estrepitosa, al punto que ni siquiera unidos los partidos tradicionales, hubiesen podido derrotar al candidato antistablishment, creo que continúa siendo mucho más simbólica la derrota del 2000 del PRI, la cual no fue solamente una alternancia en el poder, sino también un cambio de régimen.

Independientemente de las magnitudes de cada derrota y del desorden, más que reordenamiento de partidos, es innegable que hoy no hay oposición en México; es cierto que no hay estrategias, pero en caso de que las hubiera por parte de las militancias, no habría líderes que las llevaran a cabo.

Ahora los ciudadanos interesados en contrapesos, o bien aquellos que no estamos de acuerdo ni con el fondo ni con las formas del actual gobierno, añoramos los tiempos de los Manlios Fabios y Beatrices, pues independientemente de la percepción que cada uno pueda tener de ellos, eran voces fuertes que producían ecos de verdad. De igual manera se extrañan los Fernández de Ceballos, los Castillo, vamos, que a como anda la cosa, hasta los Martínez y Espino se extrañan como voces opositoras.

Tan triste es el panorama de la oposición, que hoy día nadie los conoce ni los reconoce, un Marko Cortés cuya única función parece ser discutir en redes sociales y contradecirse respecto a aquello que votan sus bancadas locales y un Alito que sigue ausente; en fin, hoy en nuestro país las fuerzas de oposición no vienen de la formalidad de lo cargos partidistas, por ello la ciudadanía ha tenido que conformarse con liderazgos reciclados: Fox, Calderón, Zavala. Reitero que tan mal está la cosa que hoy las voces más críticas y atinadas parecen ser las de aquellos que respaldan al Presidente o que un día lo hicieron, entiéndase el invitado de lujo José Mujica o bien el ex candidato presidencial, quien sí representaba a la izquierda mexicana, Cuauhtémoc Cárdenas.

Por cierto, no está de sobra preguntarnos en dónde quedaron aquellos gobernadores que empezaron sus periodos muy críticos del Gobierno federal y hoy yacen con su silencio.

Así pues, actualmente la oposición se traduce en un pequeño círculo rojo, casi siempre crítico. Analistas y periodistas que tienen que hacer su trabajo multiplicado por diez, como cuando teníamos el régimen de partido hegemónico, con la diferencia de que habíamos creído haber avanzado 20 años. Han intentado sacar de la jugada a Loret (en otros tiempos fue a su padre); ahora a Víctor Trujillo; nos quedan los Aguilar Camín, los Zuckermann, las Dresser, pero quizá no sea relevante para aquellos que gozan de las ínfulas de poder, pues un 2-3% del rating nacional, nos guste o no, les hace lo que el viento a Juárez.

Dice la sabiduría popular: “mal de muchos, consuelo de tontos” pero quizá valga la pena citar a William Galston, académico y antiguo asesor de Bill Clinton, quien afirma que toda comunidad política tiene necesidad de buenos líderes, pero no todas las formas de organización política son igual de acogedoras para los liderazgos que necesitan.

Isidro O’Shea

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