¿La Cuarta Transformación es un producto milagro?
enero 22, 2020La guerra contra el narco orquestada por el PAN, el exceso de corrupción del PRI y el ambiente de impunidad en 12 años de Gobierno, le abrieron las puertas a nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador y a su llamada Cuarta Transformación.
Si a lo anterior le sumamos que las alianzas incomprensibles entre el PAN, PRD y el MC y un PRI, con el PVEM y Nueva Alianza no te ofrecían nada nuevo o diferente a lo que vivimos en 12 años, era claro que una agenda cercana y popular se abriría paso entre las preferencias.
Sí, seguramente los candidatos del PAN y del PRI hoy tendrían a México en otras condiciones (diferente empaque, mismos resultados), pero la gente ¡ya no quería lo mismo!; quería algo rápido, eficaz, diferente y para todos.
Mucho se dice de los “productos milagro” y que la gran mayoría de las veces no cumplen lo que ofrecen, venden resultados rápidos y su publicidad es cautivadora (¿el avión?, no creo); por ello, ¿la Cuarta Transformación es un producto milagro?
La llegada de la 4T sí se celebró como toda una revolución pacífica, que ofrecía un mejor México para todos y sobre todo para los más olvidados. Muchos creyeron y creen que la 4T solucionará los problemas económicos de las familias y que de la noche a la mañana existiría un mejor México, un país más seguro y sin corrupción.
Las y los mexicanos creímos que la Cuarta Transformación era el producto milagro que, sin dedicación y esfuerzo, solucionaría los grandes problemas que se arrastran del México del pasado, que se generan en el México del presente y que se vivirán en el México del futuro.
Sin embargo, poco a poco, el producto milagro denominado Cuarta Transformación está perdiendo credibilidad; porque a muchos no les gustó la cancelación de Texcoco, porque otros vieron inviable Dos Bocas y el Tren Maya y porque ahora muchos ven disminuida la llamada Guardia Nacional y el Insabi.
Las pruebas están, la Cuarta Transformación sí eliminó los excesos del Gobierno, redujo los costos del gran aparato del Estado y ha puesto el dedo a los corruptos (claro, a los que no están en el pacto).
Sí, saco el T-MEC, pero donde hay muchas dudas; está tratando de reducir el dinero público a los partidos políticos y quiere establecer en la Constitución la obligatoriedad de los programas clientelares, perdón, asistenciales.
Al parecer, la Cuarta Transformación no está cumpliendo con lo más importante, que es la salud, la seguridad y el empleo; piden tiempo para ver los resultados, y se vale, pero en salud no y sencillamente no.
Pues bueno, esperemos que la Cuarta Transformación, que hoy parece un producto milagro, se rediseñe para ser un producto innovador y que sí de resultados a su debido tiempo.
Hay la forma, sólo es que quieran, dejen de ser una copia barata de lo que tanto criticaron; las intensiones son buenas, pero los hechos son mejores.
