2020, cuidado con el avance de los “deepfakes”

2020, cuidado con el avance de los “deepfakes”

febrero 7, 2020 Desactivado Por La Opinión de

Videomontajes que utilizan inteligencia artificial (IA) para distorsionar la realidad, además de altamente realistas, es a lo que llamamos deepfakes.

Podemos encontrar el uso de esta tecnología en películas o, por poner un ejemplo, en el cortometraje donde se sustituye la cara del actor Jack Nicholson con la de Jim Carrey durante una escena de la película El Resplandor. El uso que se le ha dado en la industria del entretenimiento nos sirve para entender y ubicar este fenómeno tecnológico, pero su uso en este medio es la menor de nuestras preocupaciones, ya que una ultrafalsificación, como así también se les conoce a los deepfakes, puede dejarnos mal parados en temas políticos, sociales y de gran relevancia para nuestra vida diaria.

En una era repleta de publicaciones que inundan las principales redes sociales con información de dudosa procedencia, donde también nos encontramos con las famosas fake news, que de manera más alarmante son transmitidas por portales de noticias, televisión, prensa escrita, entre otras plataformas, creando en nosotros cada día un mayor escepticismo de la realidad en que vivimos. Nos llega una evolución de parte de los deepfakes, que nos exige un mayor cuidado en lo que creemos y nos recuerda la necesidad de una mayor alfabetización mediática.

El aprendizaje automático que sucede a través las redes neuronales artificiales, requiere miles de imágenes de un mismo rostro, como datos para poder entrenarse y generar ese video con el fin de implantar confusión de manera intencionada, utilizando figuras políticas o famosas, ya que éstas son de las que encuentran más material.

Imaginemos que este 2020, año electoral en el vecino país del norte, se convierte en un escenario especial para el uso de los deepfakes con el único objetivo de desacreditar candidatos, propuestas y/o ideologías, para influir en el elector.

También podemos poner como ejemplo situaciones dentro de nuestro país, donde el día de mañana nuestro Presidente quiera desmentir una declaración mal hecha por el mismo o parte de su gabinete, usando el pretexto de que es un deepfake.

Es una herramienta que no sólo pude hacernos creer que algo falso es real, sino que puede ser usada como excusa para no aceptar un tropiezo político, acto de corrupción o descartar una prueba real en actos contra los Derechos Humanos.

Existen empresas como Deeptrace Labs, compañía especializada en detección de ultrafalsificaciones y plataformas como Facebook que anunció que censurará todo deepfake. Ejemplos donde se toman cartas en el asunto para brindar solución a este tema y de que la IA corre a pasos agigantados, pero usada de la manera adecuada puede ser segura y de gran ayuda.

La idea no es crear más escepticismo del que ya tenemos, más bien es recordarnos que una alfabetización mediática nos da las herramientas como sociedad para neutralizar el impacto de los deepfakes cuando sea necesario.

Frases como: “El auténtico genio consiste en la capacidad para evaluar información incierta, aleatoria y contradictoria”, de Wiston Churchill, nos recuerdan que debemos prestar atención a los expertos, periodistas e investigadores, para detectar, verificar y comprobar la información que pensamos comunicar.

Andrés Castillo Enríquez

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